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29 junio 2010

Sobre la futura Ley de Estadística





Reenvìo la nota remitida a los integrantes de la Comisión que trabaja en la redacciòn del proyecto de ley en la Camara de Diputados.



El pasado jueves 10 de junio, gracias a una gentil invitación del Dr. Loñ, tuve oportunidad de asistir a una reunión de la Comisión que trata los proyectos de ley sobre el INDEC.  Esa tarde pude comprobar el interés con el que se está debatiendo la cuestión estadística. Como consecuencia revisé los proyectos así como el material que me fue enviado de los avances en la conciliación de los textos mencionados.

Este interés mio por la cuestión no es circunstancial. En primer lugar es el resultado de una larga experiencia en el campo de las Estadísticas Públicas, en la dirección de organismos provinciales, nacionales y de equipos censales en el propio INDEC. Esa actividad profesional se desarrollo a la par de una carrera universitaria, orientada a los problemas de la organización y administración estadística. Mis ideas fueron planteadas en las dos Audiencias Públicas organizadas en el Senado de la Nación.

Como consecuencia, vistos los trabajos realizados y las discusiones en marcha, siento la obligación de aportar algunas reflexiones al debate, con el humilde proposito de contribuir al análisis de las decisiones que se tomen.

  1. La profunda alteración del funcionamiento del INDEC, tiene como resultado la aguda pérdida de confianza en la información que produce ese organismo. Este es un hecho incontrastable cuyos efectos deben detenerse de inmediato, diseñando las acciones necesarias para corregir las consecuencias negativas que produce.
  2. El otro aspecto sobre el que quiero llamar la atención, es sobre quienes recae la responsabilidad en el proceso de normalización institucional. La Estadística no es un problema estadístico. Los problemas no se corrigen operando solamente desde el lado de la oferta, sino activando la demanda, dando voz a los que utilizan la información en la solución de problemas y la toma de decisiones. Son tan importantes los datos, como el uso que se hace de ellos.
  3. Finalmente, debo subrayar el hecho de que el remedio de los problemas no se puede reducir a una acción aislada, expresada mediante una norma, sino que es necesario poner en marcha una estrategia  cuyo desarrollo en el tiempo permita ir cumpliendo por etapas las metas de mejora y desarrollo del sistema nacional de información estadística.

Respecto al primer punto, como en toda situación de grave emergencia, es necesario operar de forma decidida y urgente. En este caso se impone la declaración del "estado de emergencia estadística" y la  intervención del INDEC, para detener el accionar perturbador que tiene el Instituto y poner bajo control su funcionamiento administrativo y técnico. Ese paso previo es imprescindible, como condición básica para habilitar el debate sobre el rediseño institucional que se debe acordar.

El segundo punto, expresa el hecho de que avanzar hacia una gestion basada en la evidencia, requiere un profundo cambio cultural, que debe comenzar en la escuela y  afianzarse en todos los ámbitos de la sociedad. Una excelente solución tecno burocrática para el servicio estadístico nacional, es fundamental para contar con información de calidad, pero dista mucho de ser suficiente, en un contexto social e histórico, que ha tolerado con relativa indiferencia, lo que ha ocurrido en los últimos años. Son necesarios usuarios capaces y exigentes en términos de generar una demanda relevante, y por otro lado informantes altamente conscientes de su responsabilidad en el logro de un sistema confiable y oportuno.

Finalmente, cuando se mira hacia adelante y se pondera el trabajo a realizar, es necesario tener en cuenta las fortalezas y debilidades existentes en el punto de partida. Para ello es necesario hacer un recuento objetivo de las competencias disponibles y de las carencias que existen en términos de recursos humanos preparados, mediante una clara definición del perfil de los profesionales que deben armar la arquitectura del sistema. La tecnología, ha puesto a disposición de la producción y análisis estadístico una capacidad sin precedentes, que inaugura un escenario excepcional, en el cual se están desarrollando cambios asombrosos. Las prácticas politicas no son ajenas a lo que ocurre, como hemos visto en otras experiencias nacionales y en diversos desarrollos locales. Cada vez es más fuerte la mutua dependencia entre información y democracia. Solamente si nos apoyamos en las fortalezas y se protegen las debilidades, será posible enfrentar las amenazas que acechan en el camino y aprovechar las oportunidades que se presenten.

En resumen:

Hay que establecer claramente el alcance de la estadística, como hecho cultural:

"Estadística no es solo datos, sino la capacidad de aprovecharlos ".

Tener excelentes estadísticas no es suficiente. Es como tener un arma poderosa. Lo que cuenta también es saber usarla. Por esa razón no puede ser ajeno al proyecto un tema tan crucial como el de enseñanza de la estadística, en todos los niveles. La competencia en el uso de información, es parte esencial de la alfabetización en el siglo XXI. De ella depende participación de la ciudadanía en la vida democrática y el consecuente control republicano.

La producción de datos plantea problemas de diseño y oportunidad:

 "Los datos no son dados"

Son la consecuencia de decisiones que se toman para contar o medir, según cierto sistema de trabajo, con escalas y nomenclaturas que son resultado de la condiciones históricas del momento. La elección de las mejores prácticas implica una toma de responsabilidad (accountability), que por su naturaleza técnica, debe ser objeto de vigilancia y control, por parte de los expertos en la disciplina. Ellos serán los encargados de aplicar las normas éticas que aseguren a los ciudadanos y a la sociedad en general, que las acciones que toman no solamente serán sabias, sino también honestas. Para que  todos se sientan protegidos del ejercicio ilegal y de las malas practicas.

"Es necesario desarrollar un fuerte profesionalismo en este campo, como aconsejan los Códigos de Buenas Prácticas aplicados en el mundo"

Por último, aunque de ninguna manera menor, hay que tener en cuenta el aspecto que se define diciendo: "La información es poder".

Es necesario que este nuevo poder que representa la  información, no rompa el debido equilibrio entre los poderes constitucionales. Especialmente entre el Congreso y el Poder Ejecutivo. Tiene fundamental importancia que el ejercicio de la planificación y el control, se hagan con independencia de la gestión ejecutiva de las actividades estadísticas.

"La información es poder, sin dudas: poder entender, poder elegir, poder hacer, poder controlar, poder evaluar"

Una administración orientada a los resultados, a las metas de bienestar que la sociedad elija, como las Metas del Milenio, requiere una gestión basada en la evidencia, en los datos. Y en ese escenario, la información no es un mero accesorio ritual o decorativo, sino que constituye el núcleo mismo de un proceso argumental basado en los hechos, que propicia negociaciones del tipo en que todos ganan.

Atentamente,

 

Dr. Hugo Oscar Ambrosi

Cel 15 52209167

http://verdaddelasestadisticas.blogspot.com/

 




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