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28 diciembre 2015

El bibliotecario argentino y la tradición | Internacional | EL PAÍS

El bibliotecario argentino y la tradición | Internacional | EL PAÍS



“Creo que nuestra tradición es toda la cultura occidental, y creo
también que tenemos derecho a esa tradición”, dijo, aquella tarde,
Borges.


Desde su silla Alberto Manguel, un intelectual acostumbrado a la
mezcla, a la diversidad, al diálogo, podrá retomar, tras años de
monólogos y nacionalismo, aquella idea tan revulsiva de la tradición:
que nada de lo humano tiene por qué sernos ajeno.

26 diciembre 2015

POSMODERNISMO

http://vignette3.wikia.nocookie.net/inciclopedia/images/e/ee/Silla.jpg/revision/latest?cb=20090613020255 
¿Qué ve acá? Bueno, aunque es más que obvio que es una mesa mal hecha, hay personas raras que ven otra cosa, de acá el origen de la corriente.

21 diciembre 2015

Estadísticas: Jerarquizar a los funcionarios. La Capital, 20-12-2015.


Club Político Argentino

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Estadísticas: Jerarquizar a los funcionarios

Hugo Oscar Ambrosi*

Nunca dirigió el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) un profesional estadístico, a pesar de que en 1948 se creó en la Universidad del Litoral, en Rosario, la primera carrera universitaria de estadística entre los países que hablan español.

Eso ocurrió 20 años antes de que se sancionara la ley 17.622, aún vigente. Llama poderosamente la atención que se formen profesionales y después no se confíe en ellos para dirigir las áreas correspondientes. Qué pasaría si lo mismo ocurriera en el terreno de la ingeniería, medicina o abogacía.

Estamos en el comienzo de un proceso de reparación de las estadísticas públicas. Ha formado parte de las primeras declaraciones, la intención de reponer a los empleados que fueron perseguidos por el gobierno saliente. Eso es justo y merecen nuestro agradecimiento, porque mantuvieron viva la protesta. En esos términos se entiende la designación de Graciela Bevacqua como directora técnica.

Sin embargo, ¿qué se piensa hacer con los estadísticos, que nunca fueron considerados adecuados para tomar decisiones? No hablo de estadísticos que trabajaron en Indec, como yo mismo lo hice alguna vez. Ahí hubo muchos. Estoy hablando de ser número uno, de dirigir el barco, de empuñar el timón.

Tal vez ocurra que no tienen el "perfil político", que parece ser la clave para "hacerse cargo". Pero qué jóvenes van a querer comprometerse, añadiendo a su vocación profesional la vocación del servicio público, si no hay ningún camino que lleve al encuentro de las dos, si no hay modelos que se quieran emular. Ese círculo vicioso va alejando cada vez más las energías creativas y el entusiasmo de los jóvenes de un camino político, que se enriquecería con su aporte para que se pueda hablar de una nueva política, basada en la evidencia.

Es necesario poner a cargo a personas que tengan el oficio, que sepan que hacer. No que apliquen recetas, sino que tengan el método para resolver problemas en tiempo y lugar. Eso plantea el desafío de controlar su actividad, evitando la arbitrariedad que puede resultar de un saber especializado y exclusivo. Pero eso no lo vamos a descubrir viendo trabajar a los estadísticos. Eso es lo que hubo que hacer con los médicos, los abogados, los ingenieros y otras profesiones.

La vigilancia entre pares, el rigor de un código de ética y manuales de buenas prácticas son algunos instrumentos que aseguran que a partir de una formación adecuada y los exámenes de competencia correspondientes, alguien se pueda hacer cargo de la salud de los pacientes, de los intereses de los litigantes o de dictaminar en un juicio, de las obras públicas o privadas, por ejemplo.

Las identidades en nuestra época se diluyen. Pero los límites que se derriban, dan lugar a otros. Tal vez este cambio de piel que significa la época nueva que se anuncia, sirva para aprovechar una capacidad propicia para renovar relaciones y acuerdos. La contribución que la estadística puede hacer es crítica para que la renovación del discurso y el debate político. Los medios están, falta como suele decirse, la "decisión política", que confío que aparezca y convoque a quienes tiene que convocar.

¿CAMBIOS? Siguiendo atentamente los anuncios del gobierno electo, pongo especial atención a todas las referencias que se van haciendo a las necesidades de información, y al daño infligido al sistema estadístico especialmente a partir de enero de 2007, culminando un proceso que había comenzado antes.

Las autoridades electas señalan repetidamente la necesidad de reconstruir la confianza y mejorar las relaciones personales que fueron especialmente perturbadas por la acción consciente del gobierno saliente. Ese paso es imprescindible para alcanzar un clima de cooperación que permita afrontar los grandes desafíos que plantean la pobreza, el narcotráfico y el mejoramiento institucional.

El peor enemigo de la confianza es la mentira. Y el Indec fue convertido en una fábrica de mentiras. La existencia de las estadísticas es "una cuestión de confianza" y padecen especialmente el ataque de las mentiras. La confianza sostiene la credibilidad y esta permite el uso compartido de la información, como base de negociaciones y acuerdos.

¿Qué hacer frente a las ruinas del viejo servicio estadístico? Ese servicio fue diseñado a fines de los 70, y además de responder a las condiciones tecnológicas y culturales de la época, tuvo la impronta política imperante entonces, más en la práctica que en la letra. Tuve la oportunidad de conversar entonces con los miembros de la comisión redactora integrada por los profesores Bula, Dieulefait y Toranzos, que me distinguieron con su amistad. El espíritu que ellos quisieron insuflar al proyecto, careció de reaseguros institucionales y fue traicionado con los años.

¿Vale la pena entonces querer reconstruir el Indec sobre esas bases? El fuerte federalismo que debía prevalecer (Constitución Nacional art. 121) se fue diluyendo con el tiempo. La calificación profesional no tuvo respaldo en el organismo nacional que produjo el empobrecimiento técnico del servicio en su conjunto.

Finalmente, y tal vez lo más grave, la falta de participación social en la estrategia de desarrollo estadístico, por la ausencia de un Consejo Nacional de Estadística, dejó al arbitrio del poder de turno en reiteradas ocasiones, el rumbo del servicio estadístico nacional.

Ese proceso, siguió un declive constante, a veces más rápido que otras, que llevó al derrumbe provocado en 2007. Cuando la segunda guerra destruyo el aparato productivo de Alemania y de Japón, estos países lo reconstruyeron y naturalmente sus nuevas plantas fueron más modernas que las que tenían otros países que no habían sufrido el mismo daño. Eso les dio ventajas y progresaron rápidamente.

Creo que debemos tener el coraje de aprovechar la oportunidad de darnos un sistema acorde con el "estado del arte". En los 70 la era de la información apenas se insinuaba. Hoy estamos sumergidos plenamente en ella.

El gran desafío es arquitectónico. Hay que trazar los planos y levantar las estructuras que cobijen todos los recursos que sirvan para que la sociedad desarrolle sus actividades y los ciudadanos participen del gobierno de la misma. Una especie de "Sagrada Familia" de la modernidad. Una obra para construir a través de los tiempos, evolutiva, testimonial y educativa.

Volviendo a los pasos a dar, desde donde estamos, hacia el objetivo final, hay un aspecto básico que no he visto reflejado en ninguna declaración. Se reconoce que la información está desquiciada, que es necesario construir confianza, pero no se hace visible como entidad de poder al servicio estadístico. Para que quede claro, la cabeza de las estadísticas, debe ser un ministro, que participe de las reuniones de Gabinete.

Se habla de la autonomía del Indec, pero se ignoran los riesgos de aislarlo de las decisiones; se proclama su objetividad, excediendo los límites de lo técnico y neutralizando el juego dinámico de una sociedad diversa; se menciona el federalismo sin resolver las tensiones entre la autonomía y la necesaria convergencia en la virtualidad de los medios modernos. Se habla de datos pero no se habla de la habilidad para manejarlos. Se habla de profesionalización pero no se tienden puentes con el sistema educativo que acoplen la oferta y la demanda.

Es necesario dejar sentado que el servicio estadístico es del Estado. Involucra directa y fuertemente al Legislativo y al Ejecutivo. Debe estar anclado en esos dos poderes, como única forma de que sirva a la república federal desde las leyes, a través de la administración, con eficacia, eficiencia y economía de medios. Y derramando su acción a lo largo y lo ancho del país, a tono con las condiciones y demandas locales, sin perder, como en la banda de jazz, la capacidad de armonizar en el conjunto nacional.

*Socio del CPA.

La Capital, 20-12-2015.



13 diciembre 2015

Una profesión liquida o liquidada




Nunca dirigió el INDEC un profesional estadístico, a pesar a que en 1948 se creó en la Universidad del Litoral, en Rosario, la primera carrera universitaria de Estadística, entre los países que hablan español.
Eso ocurrió 20 años antes de que se sancionara la ley 17622, aún vigente. Llama poderosamente la atención que se formen profesionales y después no se confíe en ellos para dirigir las áreas correspondientes. Pensemos que pasaría si lo mismo ocurriera en el terreno de la ingeniería, de la medicina o de la abogacía.
Estamos en el comienzo de  un proceso de reparación de las Estadísticas Publicas. Ha formado parte de las primeras declaraciones, la intención de reponer a los empleados que fueron perseguidos por el régimen establecido por las autoridades salientes.
Eso es justo y merecen nuestro agradecimiento, porque mantuvieron viva la protesta, aun en medio de cierta naturalización e indiferencia que permitieron la persistencia de una situación aberrante en un país civilizado. En esos términos se entiende la designación de Graciela Bevacqua como Directora Técnica.
Sin embargo, ¿qué se piensa hacer con los Estadísticos, que nunca fueron considerados adecuados para tomar decisiones?
No estoy hablando de estadísticos que trabajaron en INDEC, como yo mismo lo hice alguna vez. Ahí hubo muchos. Estoy hablando de ser número uno, de dirigir el barco, de empuñar el timón.
Tal vez ocurra que no tienen el “perfil político”, que parece ser la clave para “hacerse cargo”. Pero qué jóvenes van a querer comprometerse, añadiendo a su vocación profesional el propósito, la vocación del servicio público, si no hay ningún camino que lleve al encuentro de las dos, si no hay modelos que se quieran emular.
Ese círculo vicioso va alejando cada vez más las energías creativas y el entusiasmo de los jóvenes, de un camino político, que se enriquecería con su aporte para que efectivamente se pueda hablar de una nueva política, basada en la evidencia.
Como en todas la cosas, es necesario poner a cargo a personas que tengan el oficio, que sepan que hacer. No que apliquen recetas, sino que tengan el método  para resolver los problemas en sus propias circunstancias de tiempo y lugar.
Eso plantea el desafío de controlar su actividad, evitando la arbitrariedad que puede resultar de un saber especializado  y exclusivo. Pero eso no lo vamos a descubrir viendo trabajar a los Estadísticos. Eso es lo que hubo que hacer con los médicos, los abogados, los ingenieros y otras profesiones que se fueron agregando con el tiempo.
La vigilancia entre pares, el rigor de un código de ética y manuales de buenas prácticas son algunos instrumentos que aseguran que a partir de una formación adecuada y los exámenes de competencia correspondientes, alguien se pueda hacer cargo de la salud de los pacientes, de los intereses de los litigantes o de dictaminar en un juicio, de las obras públicas o privadas, por ejemplo.
Las identidades en nuestra época se diluyen, Los límites se hacen borrosos. Pero los límites que se derriban, dan lugar a otros. Tal vez este cambio de piel que significa la época nueva que se anuncia para nuestra sociedad,  sirva para aprovechar una capacidad particularmente propicia para renovar las relaciones y los acuerdos. La contribución que la Estadística puede hacer es crítica para que la renovación del discurso y el debate político, de la participación y la representación ciudadana nos lleven a entendernos mejor y  tomar mejores decisiones.
Los medios están, falta como suele decirse en muchas ocasiones, la “decisión política”, que confío que aparezca y convoque a quienes tiene que convocar.

11 diciembre 2015

Estadística para la confianza, a traves de la verdad



El INDEC comienza una nueva etapa. Esperamos que en ella pueda honrar una tradición que se remonta tan atras como nuestra historia de libertad. Las instrucciones de RIvadavia, la cátedra de Estadística de Mitre, el trabajo de los Estadísticos del siglo XIX, Alejandro Bunge, la Escuela de Estadística de Rosario, entre otros, son hitos que nos comprometen a corregir los daños y responder con imaginación a las demandas del siglo XXI.

Son muchos los aspectos a tener en cuenta, pero solamente quiero señalar uno, respondiendo a la pregunta ¿para que elaborar estadísticas?
El Presidente ha dicho que el objetivo prioritario es erradicar la pobreza. "Pobreza 0" es la meta. Ya tenemos una razón para medir.

Pero hay una razón más profunda todavia, que tiene que ver con la necesidad de "Unir a los argentinos". La razón es que tenemos que estar unidos en una conversación diversa pero que necesita referirse a una visión común que nos reuna. Esa visión común de las cosas es el trabajo que debe cumplir la estadística.

La adopción de un sistema métrico consensuado hizo posible el comercio y la industria. Un sistema de información estadística nacional debe devolver la confianza, ingrediente imprescindible de la convivencia como repite incansablemente el Presidente.

La información elaborada con rigor técnico, absoluta honestidad y la mayor independecia es la mejor verdad práctica que podemos tener. Y la verdad es el insumo necesario de la confianza.

Si queremos sanar nuestra sociedad lastimada por la intolerancia, el pensamiento estadístico es un buen remedio. En un mundo sitiado por la incertidumbre la estadística es el mejor recurso para hacer frente al azar. Como lo prueban los Seguros.

En sociedades necesitadas de control, la Estadistica es la mejor herramienta de la Auditoria.

Para llevar la discusión política a otro nivel y mejorar la calidad de las instituciones, es necesario basar las decisiones en la evidencia. Y la estadística es la forma sistematica y rigurosa de reunir evidencia.

Si queremos abandonar los discursos autorreferenciales plagados de falacias y ataques personales tenemos que adoptar formas de argumentar basandonos mas en los hechos y menos en circunstancias personales. es la unica forma de reducir las diferencias y mejorar las decisiones.

Parece abstracto, pero si lo pensamos, es lo que hacemos cuando compramos un eletrodoméstico, cuando alquilamos un departamento, cuando calculamos el tiempo para llegar al trabajo, y así en cualquier dirección que nos fijemos.

Enconces Estadística (con mayúscula) no es solo las estadísticas, sino las habilidades para utilizarlas. Sería vano que tuviéramos un grueso catalogo de datos, si no supieramos al mismo tiempo como leerlos inteligentemente. La Misión de la escuela en el siglo XXI es preparar en la "lectoescritura estadística", para una mejor ciudadanía.

El circulo virtuoso lo forman la información, la verdad y la confianza, que se realimentan y potencian mutuamente.

Mas verdad, mas confianza, más información confiable y pertinente que aumenta la verdad disponible y así siguiendo.

Tenemos un programa apasionante, que reclama nuestrro esfuerzo durante los proximos años.

09 diciembre 2015

INVITACION




El texto siguiente fue escrito por Humberto Maturana y firmado por los Premios Nacionales de Ciencias de Chile, hace más de 20 años. Creo firmemente que deberíamos pensar de esa forma en Argentina 2015, poniendo Argentina, donde dice Chile y argentinos donde dice chilenos:

  INVITACIÓN A CHILE
Chile es nuestro mundo y será lo que nosotros hagamos de él, no tenemos otro. Pero ¿qué Chile queremos? Nuestros actos nos revelan. Si todos queremos vivir realmente en una sociedad democrática, nuestros actos cotidianos la construirán y Chile será una sociedad democrática. Si no lo hacemos así, la defensa de nuestras ideologías, de nuestras posiciones filosóficas o religiosas, nos cegará y nos llevará inevitablemente a conductas que validan el autoritarismo y la dictadura.

El mundo en que vivimos es siempre y en todo momento responsabilidad de nosotros. La convivencia social se funda y se constituye en la aceptación, respeto y confianza mutuos, creando así un mundo común. Y en esa aceptación, respeto y confianza mutuos se constituye la libertad social. Esto es así porque la constitución biológica humana es la de un ser que vive en el cooperar y compartir, de modo que la pérdida de la convivencia social trae consigo enfermedad y sufrimiento.

La enfermedad de Chile es el miedo a no tener capacidad de convivencia social. Es este miedo lo que nos lleva a la negación del otro, a la intolerancia, a la desconfianza, a la falta de reflexión, y a la aceptación del uso de la autoridad en vez de la conversación y el acuerdo como modos de convivencia. Esa enfermedad da por resultado el autoritarismo que surge en cada uno de nosotros con la pérdida de la confianza en nuestra capacidad de convivencia democrática, o la obediencia y sumisión a un designio impuesto y ajeno a la acción de nuestra reflexión.

Nosotros queremos participar en la tarea cotidiana de hacer de Chile una sociedad democrática y recuperar así la libertad social. Es decir, queremos participar en el proyecto común de hacer de Chile una sociedad donde el abuso y la pobreza sean errores de convivencia que hay que reconocer y corregir, y que se pueden reconocer y corregir sin perder la libertad social. Las acciones que constituyen una sociedad democrática no son la lucha por el poder ni la búsqueda de una hegemonía ideológica, sino la cooperación que continuamente crea una comunidad donde los gobernantes acepten ser criticados y eventualmente cambiados cuando sus conductas se alejan del proyecto democrático con que fueron elegidos. De aquí nuestra responsabilidad como chilenos; la historia social de Chile la hacemos los chilenos.

Esta es una invitación a que nos unamos, antes que nada, en el proyecto común de hacer de Chile una sociedad en la que las distintas perspectivas políticas sean sólo distintas miradas en la cooperación por la creación cotidiana de una sociedad capaz de corregir el abuso y la pobreza. Una invitación a que ese propósito común sea lo que guíe nuestra convivencia; no la sospecha, el miedo o las ansias autoritarias de nadie.

En los meses próximos se desencadenarán acontecimientos decisivos para el futuro de la nación, lo que representa una oportunidad para que los chilenos ejerzamos el respeto mutuo, la confianza, la conversación y la cooperación en la común causa democrática, más allá de las opciones ideológicas o políticas de cada uno. Lo importante no está allí, sino en nuestra decisión de crear desde ahora un Chile democrático.

En suma, invitamos a declarar, públicamente, que nuestro propósito político a perpetuidad, como chilenos, es colaborar desde todas las perspectivas ideológicas en la tarea cotidiana de hacer de Chile una comunidad humana democrática. Invitamos a comprometernos a que ninguno de nosotros intentará apropiarse de la verdad política en la instalación de una dictadura ideológica, económica o religiosa. Compatriotas, este es el momento en que tenemos que actuar. No tengamos miedo; si lo queremos, podemos ahora incorporar la sensatez a la vida nacional y recuperar la dignidad de chilenos.  

Fuente: Emociones y lenguaje en educación y política. Ed. Dolmen

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