Logo in Spanish

15 diciembre 2014

Cercanas lejanías El año va llegando a su fin y... - Hugo Oscar Ambrosi

(12) Cercanas lejanías El año va llegando a su fin y... - Hugo Oscar Ambrosi









Cercanas lejanias


El año va llegando a su fin y
con el se abre la hora de los balances. Esos balances que nos permiten después
renovar la esperanza cuando entramos en el espacio del Año Nuevo.
En el juego de sumas y restas
de lo vivido, encontramos el resultado de nuestras apuestas y creencias, de
nuestros intentos y abandonos, del amor y de la indiferencia, que alimentaron
la hoguera de la incertidumbre en la que se quemaron los días del año que
termina.
Pero ese estado de cuentas
anual, es solo una parte, una cuota parte del vivir que hemos transitado hasta
este momento. Por eso, además de la revisión de lo iniciado, concluido,
abandonado o postergado en los meses pasados, se va diagramando con el tiempo y
con los años que pasan, una mirada que abarca un horizonte más amplio.
Ese horizonte toma los sueños
de juventud y los tropiezos del camino. Las ganas y el desánimo. Las ilusiones
y las alucinaciones.
Volvemos a revisar nuestra
mochila y contamos lo que queda en ella de la carga esperanzada con la que iniciamos
el camino.
Se nos presenta entonces, más o
menos claramente, que así como el año es una parte de la vida que se
empequeñece cada vez más con los años que sumamos, así también la vida entera
de cada uno, se abrevia de manera sostenida, cuando se proyecta contra el telón
de fondo de la historia.
Y empezamos a darnos cuenta,
que hemos puesto nuestra vida al servicio de lo que pensamos fueron las mejores
creencias, los ideales más altos, los guías más iluminados, los  propósitos mejores. Y detrás de ellos
empujamos hacia metas que creímos dignas de todo nuestro esfuerzo.
Los años fueron pasando, y
nosotros fuimos cambiando. Empezamos a ver que cada año no era solo eso, un ir
de enero a diciembre, sino una parte de una conversación en la que nuestras
preguntas y afirmaciones, nuestros reclamos y propuestas, nuestro trabajo y el
descanso ganado, tenían siempre la respuesta adecuada, aunque muchas veces fuera
difícil de entender, otras solo escucháramos el silencio y a veces nos pareciera
injusta o inoportuna.
Con el tiempo esas respuestas
se hicieron más claras. Fuimos viendo que las proclamas que nos encendieron el
corazón de entusiasmo, no eran solo verdad y luz, sino que tenían sombras y
carencias, que la perspectiva del tiempo fueron haciendo visibles. Y que se
convirtieron a veces en contradictorias con las ilusiones depositadas.
En un horizonte mayor de
tiempo, cada generación humana, alberga una vocación de cambio y mejora, sobre
lo existente heredado de las anteriores. Esa vocación es convocada por las
ideas y las creencias que intentan producir los cambios que nos acerquen más a
la verdad, el bien y la belleza.
El camino de la historia
humana, como el de la medicina, debe hacerse con los  mayores cuidados. Porque así como el médico
no debe aumentar el sufrimiento, tampoco el cambio de lo existente debe
provocar más dolor del que quiere erradicar.
La incertidumbre, que campea
soberana sobre la realidad física y humana, nos coloca en un estado de duda
metódica, sobre los efectos finales de nuestros actos. Asumir plenamente esa
condición de la naturaleza y de la vida, es, tal vez, la primera conclusión que
podemos extraer de la mirada larga sobre el paso del tiempo y las acciones de
los hombres.



¿Quién no ha observado con pena, que como consecuencia de sus mejores intenciones, surge un resultado inesperado y  no deseado?
Cuando esos resultados siguen de ideas políticas que proponen plataformas revolucionarias, muchas veces basadas en el enfrentamiento entre buenos y malos, ignorando que a todo ser humano no le es ajeno nada de lo humano, de sus luces o de sus sombras. Esa ceguera provoca las más serias consecuencias.
El jacobinismo es un péndulo filoso, que repite su ritual de odio, ora para un amo ora para el patrón opuesto.
La juventud está henchida de planes y de esperanza. Con el tiempo crece la presencia de saldos y recuerdos. La prudencia dicta su lección y se vislumbra que nada hay absoluto, fuera de la regla de oro de la moral: "No hagas a otro lo que no queras que te hagan a ti".
Todo camino abre oportunidades y encierra amenazas. Únicamente el rumbo sostenido por el norte claro de la integridad moral  conduce al puerto de una vida, como dijo el poeta, sin deudas y en paz.
 



Visitas

Búsqueda

Google

Mapa de visitantes

Myspace Map

Clima... más estadística