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31 mayo 2022

REPARACIÓN DE LA ALIANZA INTERGENERACIONAL


Un eje central de la necesaria conversación que el futuro nos reclama, debe ser la reparación de la alianza intergeneracional. La ruptura de esa alianza nos ha vuelto ingratos con los viejos y faltos de compromiso y de interés por los jóvenes.

Este resultado catastrófico tiene como causa la falta de moneda. El Gobierno se ha convertido en un monedero falso que imprime con entusiasmo papeles carentes del valor representativo del dinero.

De esa forma desaparece toda perspectiva, el tiempo se encoge reduciéndose a la dimensión de un punto, no hay vida porque solamente hay instantes, en medio de un amenazante océano de incertidumbre.

Los precios han desaparecido porque lo que hay que pagar por un producto, depende del día, de la tarjeta de crédito o débito, y de la cantidad que se compre. Porque la segunda unidad puede tener un descuento del 40% o más. Y la tercera, en otra oferta puede estar más rebajada aùn.

Pero ahí no termina la cosa. El ilusionismo inveterado practicado desde balcones y tribunas, despliega innumerables trucos. Por arte de birlibirloque, saca de la galera insondable del gobierno, mágicas pociones que permiten vivir sin trabajar, recibirse sin estudiar, cortar las calles para pedir màs y más, en un coro de gargantas exigentes, que, cruzando el desierto de la ineptitud pública, reclama el moderno maná de los planes y subsidios, animado por una vicaría decadente y corrupta.

Un rápido repaso nos enfrenta con vanas promesas, que tuvieron su máxima expresión durante la pandemia. La llegada del virus mortal, acentuó el paternalismo putativo, presumido por un padrastro insensible, que abusa de la ingenuidad esperanzada, o negocia con intereses espurios, canjeando paupérrimos beneficios y prebendas por adhesiones y aplausos. La otra cara de ese paternalismo desnaturalizado es la prepotente exacción de las rentas del trabajo de la gente, para utilizarlas en beneficio de un proyecto antipatria y despiadado. 

Estamos condenados a vivir en la intemporalidad de un instante efímero. Apresados en un pasado de terror y quebranto, con cuyo retorno nos amenazan. 

El futuro ha sido vaciado de ilusiones y esperanzas, y sólo propone una visión pavorosa de incertidumbre y visiones caóticas a las cuáles vamos inexorablemente.

Sentados en ese no lugar entre el pasado y el futuro, la única salida es hacia arriba. 

Buscando nuevamente los principios que nos dieron identidad y la voluntad de honrarlos.

Sanando los sentimientos fraternales, la imprescindible empatía que devuelva a la convivencia, el necesario placer de pertenecer, animus societatis imprescindible.



29 mayo 2022

Argentinos insomnes

No quiero un soliloquio, no, sino un dialogo, con ustedes,
con los argentinos que prefiero. 
Esta confesión, que fertilidad tendría si no son las respuestas, que eficacia, sino la inquietud que despierte, el cuidado, el escrúpulo que suscite el estado de conciencia que sea capaz de crear con su propio estado. 
Yo no puedo enseñar, yo no puedo ~~ni quiero obligar ningún pensamiento, yo no puedo instruir; quisiera, tan solo, conmover; es decir, mover conmigo. 
Hacia nuestra Argentina, argentinos insomnes; hacia una Argentina difícil, no hacia una Argentina fácil 
Hacia un estado de inteligencia, no hacia un estado de grito. 
Quiero decir con inteligencia: la puesta en marcha de una desconfianza en nosotros mismos junto con la confianza; solo esto es fecundo. 
Mientras vivamos durmiendo en ciertos vagos bienestares estaremos olvidando un destino. 
Algo mas: la responsabilidad de un destino.
Eduardo Mallea. "Historia de una pasión argentina"

¡Harto de estar harto!

 Harto ya de estar harto, ya me cansé

De preguntar al mundo por qué y por qué

JMS

Hugo Oscar Ambrosi
Mayo 29 de  2022

22 de febrero de 2022. Se cumplieron 10 años de la tragedia de once.  52 muertos y casi 800 heridos.  Juicios sin consecuencias.  La impunidad al palo.

22 de febrero de 2022. Ardía Corrientes.  El fuego consumió implacablemente la provincia histórica. Como les gusta decir a sus hijos, Corrientes siempre ayudo a la Argentina. Pero este año, qué empezó con fuego, nadie atendió los teléfonos que sonaban en los despachos oficiales. Se desató el infierno más temido y la respuesta fue: “ ¡Arréglense como puedan!”



En coloridos noticieros de pulcros canales de televisión,  se alzan coros de voces en lamentaciones y reclamos. Especialistas en hurgar en las heridas,  viviseccionan en directo el corazón dolorido de la sociedad.  Con cuestionarios implacables indagan hasta que sangra.  Una especie de fatalismo estéril atraviesa los medios de comunicación y decanta en una actitud nihilista,  casi siempre muy próxima al cinismo.

Las últimas elecciones legislativas dieron un buen resultado a los partidos que se dicen de la oposición.  Aclaran que son la oposición responsable. Observando su conducta desde entonces, cuesta creer que hayan ganado. 

Se dicen defensores de la institucionalidad  y lo que consiguen es fortalecer el status quo.  La consolidación  de un estado de cosas,  de un orden pervertido  dirigido al beneficio de un grupo o banda,  de la casta que comparte y monopoliza la política, los cargos y las cajas. 

el primer mandamiento de los protectores de la institucionalidad dice:   Bajo ningún concepto dejarás de pagar los impuestos, porque con los impuestos tenemos los planes, y con los planes tenemos los votos y  con los votos creamos los impuestos y así hasta el infinito y más allá.

Un geómetra morboso ha dibujado el diagrama recurrente, en el que estamos encerrados. Todo el trabajo y todo el esfuerzo es esquilmado por múltiples bombas tributarias.  Con esos recursos se reclutan personas que son enroladas la furia piquetera de cada día, y tributan su compromiso planero en las urnas,  cada tanto.

A pesar de su iracundia,  de su agresividad y prepotencia,  los piqueteros merecen nuestra compasión.  Ellos han sido despojados y sumidos en un estado de necesidad que los hace frágiles y vulnerables. 

Las herramientas para quitarles perspectivas y ambiciones han sido en primer lugar, dejarlos sin trabajo y hundirlos en la pobreza, encadenarlos con ayudas fuertemente condicionadas y convertirlos en fuerza de choque e Invasores urbanos.

Ya sumergidos en la miseria material y emocional, todo es más fácil. Se los puede despojar también de la escuela, de la seguridad física y de una salud protegida. Transitando este camino solo resta el tiro del final. 

El  sistema necesita un reaseguro, con capacidad autónoma de control y disciplinamiento. Eso se logra dejando actuar a los narcos,  especialistas en someter personas. Con su complicidad y la acción de la droga deteriorando mental y físicamente,  para no mencionar solamente los aspectos sociales,  el mecanismo queda armado y aceitado para funcionar indefinidamente…  ¡y lo estamos viendo !

El país se quema. Ardemos en un infierno creado, con inteligente perversión, cuyos círculos darian envidia al mismo Dante. Las chispas de ese infierno están quemando Corrientes. En otro círculo está la martirizada Rosario. Y podemos encontrar para cada rincón del país un círculo sin Dios, donde sufren en alguno de los 9 infiernos dantescos.

Ahora resulta que aquella Argentina gloriosa a la que Darío le dedicó maravillado su canto, es solo cenizas, barrida por el fuego histórico de los malos pasos que ha dado tras engañosas quimeras y alucinadas visiones de felicidad a precio de liquidación.

Cambalache fuimos para Discépolo que hace casi 90 años nos sentenció:

Pero que el siglo 20 es un despliegue

De maldad insolente, ya no hay quien lo niegue

Vivimos revolca'os en un merengue

Y, en el mismo lodo, todos manosea'os

Y todavía no había llegado lo peor. La preocupada defensa de los derechos del  hombre, cristalizada en la Declaración Universal en 1948, tuvo en estas orillas atentas, un reflejo pretencioso y  estéril,  en la Constitución de 1949. En sus páginas se imprimieron, con ligereza y ánimo discriminatorio, derechos a derecha e izquierda. Derechos de los viejos y de los niños, de las madres y de los trabajadores, sin otro sostén que una retórica banal. y así fue como rápidamente se abrió una grieta “entre el dicho y el hecho”.

Esos derechos fueron sacrificados en el altar de la épica peronista. Porque fallaron justamente en los derechos básicos, los que igualan a todos los ciudadanos de una república, que se resumen en el comienzo del artículo 2 de la Declaración Universal:

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

No podemos desconocer la influencia que recuperó la Iglesia a partir de 1930 y los avances que logró durante el peronismo, especialmente su participación en la educación, no fueron desdeñables. Ese camino toma nuevo impulso a comienzos del siglo XXI, con la participación destacada de Bergoglio, que no disimula sus simpatías políticas, ni aún cuando fue elegido Papa. La nación católica provee empuje al pobrismo tan caro a los movimientos populistas, como engranaje esencial en el esquema de reproducción del poder.

Conclusión 

¿Cuál es el final del hartazgo? ¿Qué hay después del agotamiento de tantos insultos a la inteligencia? ¿Cómo se reacciona frente a tanta violencia, a tanto desvarío, a tanta grosería y barbarie? ¿ Cuando la dignidad se conculca y quedamos expuestos a la prepotencia guaranga? 

Estar indignado, es el estado que produce el despojo de la dignidad. Frente a tamaña afrenta, que hiere lo más profundo de la condición humana, la reacción debe ser determinada y contundente. Porque no hay razón, ningún motivo es válido para aceptar la humillación y el sometimiento. Es intolerable,  y no hay ninguna institución en una república que esté  por encima de la dignidad de los ciudadanos.

Es el momento del grito, visceral y potente, que resuene en todos los rincones de la Patria. Un sonoro grito cuya voz hace eco en nuestras gigantescas montañas, recorre la ubérrima pampa, agita la fronda de nuestros montes y selvas y llevada por el viento patagónico, se expanda por nuestro inmenso Mar Argentino.

Ese ¡BASTA! exigido por millones de gargantas argentinas, orgullosas de nuestra épica historia, será escuchado por todo el continente, aquel en el que supo campear el coraje argentino, fraternal en defensa de la libertad. Tendrá que cruzar el océano y llevar al mundo la noticia de que los argentinos han despertado, como reclamaba Mallea. Que hay argentinos insomnes, desvelados que han logrado la proeza de romper el sortilegio y han encontrado, una vez más, en medio de la noche más oscura, la inspiración, la fortaleza y la confianza en los valores eternos de la Patría y están dispuestos a pelear por ellos.


¡BASTA DE  MENTIRAS, DE PERSECUCIONES, DE AGRESIONES GUARANGAS A  LA HISTORIA! 


¡BASTA DE PROMESAS INCUMPLIBLES, DE SEMBRAR LA DIVISIÓN Y ENFRENTARNOS POR MEZQUINDADES!


¡BASTA DE TRAMPAS, DE PILLAJE, DE PANDILLAS ENCARAMADAS EN EL PODER! 


¡LA PATRIA ESTÁ DE VUELTA! ¡VIVA LA PATRIA!




25 mayo 2022

¡Piu Avanti!

 En el Día de la Patria, cuando la desesperanza cunde, cuando la derrota parece triunfar, recordemos el reclamo de Almafuerte y honremos nuestra historia:


¡Piu Avanti!


No te des por vencido, ni aun vencido,

no te sientas esclavo, ni aun esclavo;

trémulo de pavor, piénsate bravo,

y arremete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido

que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;

no la cobarde intrepidez del pavo

que amaina su plumaje al menor ruido.

Procede como Dios que nunca llora;

o como Lucifer, que nunca reza;

o como el robledal, cuya grandeza

necesita del agua y no la implora…

Que muerda y vocifere vengadora,

ya rodando en el polvo, tu cabeza!


¡VIVA LA PATRIA!

24 mayo 2022

¡NO SABEN CONTAR... Y PRETENDEN GOBERNAR!!!

Notas al Censo de Población 2022 

 Hugo Oscar Ambrosi
 Doctor en Estadística
 Autor de “LA REPUBLICA DE LOS DATOS” 

 ¡El censo 2022 ha fracasado! 

 La gigantesca operación mediante la cual la sociedad se observa y reconoce, no ha sido ejecutada con el debido rigor y en lugar de darnos algunas certezas ha destruido la confianza pública. La confianza es el valor esencial de la información ya que sin ella es imposible fijar las bases para un sendero basado en la evidencia. Es necesario controlar los daños. Para ello debemos encontrar las razones por las cuales se produjo el fracaso. Claramente el Gobierno, a través del Ejecutivo y del Congreso, es el gran responsable del fracaso. Es necesario señalar los causantes del desastre. 

Los políticos 

 Los políticos se han caracterizado, durante décadas, por una actitud que, en forma benevolente, se podría calificar como indiferente, pero, si nos ponemos realmente más estrictos, deberíamos reconocer que son enemigos de la buena información estadística. Después del 3er. Censo, entre los años 1914 y1947 se despliega una “época adversa”: los legisladores, se empeñaron en impedir la realización de un censo que fue propuesto varias veces a lo largo de los años, porque no querían modificar sus representaciones provinciales En los 33 años siguientes transcurre un “periodo confuso”, durante el cual se llevan a cabo los censos de 1960 y 1970. El primero, tuvo dudosa cobertura y tardío procesamiento. El segundo, fue una muestra de improvisación e imprudencia al seleccionar los recursos técnicos. Podemos llamarlo el tiempo de “la penuria y el salto al vacío” Llegado 1980 el censo se aborda, por primera vez, con fuerte impronta estadística, que pondera todos los errores, no solo el error del censo por muestreo (que se aplica por primera vez), sino empezando por el cuestionario cuyas preguntas se sometieron a una exigente selección, tanto en el cuestionario básico estrictamente mínimo, como en el ampliado, sobre temas de claro interés general. Una cuidadosa capacitación y un prolijo control del trabajo de relevamiento, fueron la base del éxito y de un procesamiento rápido de los resultados. La ley 22847 aprueba los resultados del Censo para su aplicación en la conformación de la Cámara de Diputados. Pero por fuera del mandato constitucional se crearon cargos que vulneraban la igual representación ciudadana. Esa aberración no ha merecido ninguna reacción de la clase política, en el sentido de volver al orden constitucional desde el retorno a la democracia. Los censos se han hecho como un ritual sin consecuencia a los efectos constitucionales. Es decir que, durante más de un siglo, ha sido constante la desatención política sobre la cuenta mayor de la República. 

La ley de Estadística 

Con la sanción de la ley 17622, a partir de 1970 la situación se ve agravada por el surgimiento de una burocracia técnico administrativa autónoma en el sistema estadístico, especialmente en el INDEC que, además de llevar al fracaso absoluto el Censo de 1970, se mostró incapaz de organizar y de proponer un Plan estadístico a los políticos para, atender las necesidades del país, en los distintos aspectos de la vida social. La ley bajo la cual se realizan el censo es la 17622. Fue dictada durante el gobierno militar de entonces, estrictamente autoritario y centralista, lo que se refleja en una ley netamente tecnocrática que aleja la información del debate político (interrumpido entonces) y no considera la inserción del sistema estadístico en el sistema político. La ley 17622 es una parte residual de un sistema obsoleto que no han sido capaces de cambiar ninguna de las fuerzas políticas en el poder desde la vuelta de la democracia. Existió una gran oportunidad en el 2016, pero simplemente por inercia, por comodidad o por alguna otra razón, se prefirió conservar el régimen de la 17622, que precisamente no se caracteriza ni por su transparencia ni por su eficiencia, ni por su profesionalidad. No existió capacidad para sancionar una ley que pusiera Argentina al día en ese terreno y que la sacara del rincón oscuro en que están las estadísticas hoy en día, conducidas desde un organismo de tercer nivel dentro del Ministerio de Economía. 

Los medios de prensa 

Los medios de prensa han demostrado una supina ignorancia de las cuestiones básicas de estadística. Eso se hizo especialmente notorio durante la pandemia, cuando se notaba la confusión y la falta de espíritu crítico y de criterios. Alejados de un análisis inteligente, aceptaron y toleraron una corriente de información plagada de defectos, sobre cuya base se hicieron análisis y se sacaron conclusiones erróneas de lo que pasó durante esas lamentables jornadas. Ahora, cuando escuchamos a esos mismos “analistas” hacer comentarios sobre el censo, produce una enorme tristeza la superficialidad del análisis y la ligereza de las opiniones. Tampoco levantan el pobre nivel de los comentarios, mediante la participación de expertos reales en el tema, gente con experiencia y conocimientos. Es lamentable que olviden la función didáctica de los medios de comunicación 

La sociedad 

Finalmente, la profunda razón para que todo lo anterior ocurra es la tremenda incultura estadística que atraviesa nuestra sociedad. Una escuela fallida que no proporciona los elementos básicos, los medios más rudimentarios, más elementales del razonamiento estadístico, tan necesario en la vida corriente, en las actividades profesionales y, especialmente, para entender lo que pasa en la esfera pública. Esa ignorancia, esa forma actual de analfabetismo, es la causa de la incapacidad para defender su propia intimidad. Incapacidad que llevó a la mitad de la población argentina a aceptar la exigencia impuesta, para llenar el cuestionario digital, de proporcionar sus datos más personales como el DNI, clave para ingresar a cualquier base de datos, y el correo electrónico, canal de acceso a su privacidad. Nadie parece haber pensado en los efectos de ligar su identidad con los datos del censo y las consecuencias que eso pudiera tener. 

Los censistas 

En los días previos a la tremenda crisis del 2001 se desarrolló un fuerte conflicto docente que hizo que estos gremios quitaran su colaboración al censo de población programado para el 17 y 18 de noviembre de 2000, lo que hizo que se los reemplazara por personal contratado. Eso significó una brusca y violenta degradación de la capacidad de operativa para relevar el censo porque la estructura docente proporciona una red jerárquica organizada con nodos de distintos niveles que cubren todo el territorio del país. Debilitada a trama de control, ocurrió lo previsible. Algunos censistas tomaron la tarea tan ligeramente como si fuera una changa, como la ocasión de ganarse unos pesos, en un momento de necesidad laboral y eso los empujaba a aliviar su tarea como fuera. Así, redujeron su carga de trabajo, por ejemplo, recogiendo solamente los códigos del censo digital que les entregaban, pero omitieron relevar los cuestionarios presenciales que fueran necesarios para completar su segmento. 

Conclusión 

Argentina atraviesas una de las etapas más difíciles de su historia. La conducción política y la administración del estado requieren de información relevante, oportuna, confiable y accesible. Lamentablemente el censo fallido es un despilfarro de recursos escasísimos. La primera etapa implico un costo de 14.000 millones de pesos, que puede ascender a más de 20.000 millones al final del proceso y publicación de los resultados. Esos números son concretos. Los beneficios son muy inciertos y difíciles de alcanzar. Es imprescindible abandonar este camino de tropiezos y fracasos, y emprender la construcción de un sistema estadístico moderno, dinámico y participativo, que enerve todo el cuerpo social y mejore el debate público, reemplazando los dogmas y las razones infundadas, por datos y razonamientos basados en la evidencia.

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