Las elecciones pasan, y nos van dejando la confirmación de que no se puede entender cómo podemos convivir los argentinos.
Los que pierden, y siempre hay alguno que pierde en las elecciones, tienen un punto de coincidencia en que les cuesta admitir la derrota, tanto al oficialismo como a la oposición. En el loco girar de esa perinola gigante, gritan “TODOS GANAN” y salen a festejar con todos los colores. Primera gran coincidencia nacional para el reencuentro de los argentinos. Una raza de ganadores, sin duda.
Por otra parte, es unánime la opinión de que los votantes tienen una absoluta y enfermiza incapacidad, lindando con la idiotez, que de a ratos produce asco. Asco es la sensación que le provocan muchos porteños a un conocido cantautor rosarino. Y a otros también…como el Bibliotecario.
En otra ocasión los votantes desfilan en los comicios como una manga de cobardes, incapaces de seguir a líderes audaces y visionarios en los cambios épicos que les proponen. “Tienen miedo al cambio”, dijo el Heredero.
O para otros apóstoles que claman ser escuchados, los pervertidos votantes exhiben una preferencia bizarra por el mal, el cual prefieren a partir de su familiaridad y cercanía, repudiando en consecuencia el bien ignoto y lejano. “Mejor malo conocido que bueno por conocer” , dijo el Ex.
Porqué no tiran la perinola a ver si girando y girando, sale alguna vez el “TODOS PONEN” inteligencia, honestidad, ganas y respeto por la gente.