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30 diciembre 2020

Este año que termina, ¿habrá sido el de la gran ruptura?

 La naturaleza y la dirección de los cambios, influidos en su velocidad por la pandemia, los sitúan en un nivel sin precedentes. 

Tengo la sensación de que corremos hacia un punto misterioso,  hacia una ruptura cuyas consecuencias pueden rotularse de diversas formas.(Teillhard, Kurzweiler) 

Nos agobian las lecturas apocalípticas, recargadas de profecías Por  otro lado parece que la convergencia que vislumbran los físicos, no encuentra eco en la biología que la emprende,  con espíritu de mecánico o carpintero con la genética, empeñados con energía deportiva en manipular los parámetros más esenciales del hombre.  

En un mundo de clones y seres a medida, porqué batir el parche con el color  verde o con el feminismo. Suena anticuado, ¿no? . 

Si el  hombre es un ser social ( animal político), ¿ no se lo deshumaniza con el  aislamiento?.

 Algo parece altamente probable, que el cambio será grande y que no podemos imaginar lo que emergerá de ese cambio.  

Entre los mitos, leyendas y supersticiones que trajimos hasta ahora y el frio futuro robótico, biónico y mutante, ¿quedara algo de la humanidad que conocemos, imperfecta y creativa?.

23 diciembre 2020

“Nuestra tragedia no es una tragedia”

"La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa"

 Marx

 

 Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento.
 Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.

Como si los héroes antiguos se hubiesen deformado en los espejos cóncavos de la calle,
con un transporte grotesco, pero rigurosamente geométrico.

Y estos seres deformados son los héroes llamados a representar una fábula clásica no deformada. Son enanos y patizambos que juegan una tragedia

Max Estella

Una larga sucesión de argentinos preocupados ha buscado desde el principio explicaciones a nuestro devenir decadente.

Con distinto énfasis según su época y sus temperamentos levantaron su voz Sarmiento, Alberdi, Ingenieros, Mallea. Y otros entre ellos y después de ellos.

En todos los casos se encuentra una voz que se levanta para despertar conciencias. Una voz que busca interrumpir la pasiva ensoñación que parece una tentación de la pampa inmensa y lanza un llamado a la construcción de una realidad mejor, poniendo el cuerpo y el alma en la empresa.

Este año se cumplen 100 años de Luces de Bohemia donde Ramón del Valle-Inclán bautizara el estado de cosas que constituyen un esperpento. A mitad de la década siguiente nuestro inolvidable Discepolín puso en música y letra, la pintura más descarnada del triste rumbo que tomaba la sociedad. Cambalache fue el retrato de una sociedad en retirada que veía como todos sus valores se iban deshaciendo y empezaba a emerger una forma disolvente de vida que siguió haciendo su trabajo pese al grito desesperado de algunos, argentinos despiertos al decir de Mallea, que clamaban por detener el derrumbe.

Vivimos revolca'os en un merengue

Y en un mismo lodo

Todos manosea'os

Hoy resulta que es lo mismo

Ser derecho que traidor

Ignorante, sabio, chorro

Generoso o estafador

¡Todo es igual!

¡Nada es mejor!

Lo mismo un burro

Que un gran profesor

 

A comienzos de los 30 la lucidez de Ortega definió con seguros trazos en la Rebelión de las masas el sentido del movimiento que se estaba produciendo, y puso precisamente el dedo en el motor de ese proceso en el mundo, que fue el resignado  abandono por las clases dirigentes de su ejemplaridad obligatoria, que fue reemplazada por la escucha obediente de la cacofonía ruidosa de muchedumbres pretenciosas, a las que sirvieron mediante formas desviadas de una democracia que se convirtió en propietaria, adicta a ahondar las asimetrías entre deberes y derechos, permitiendo que estos solo tuvieran eco y se perdiera el necesario orden social, los inevitables límites entre derechos que colisionan y el vital equilibrio entre los sectores y grupos que dinamizan e impulsan la evolución de la sociedad.

Aquellas obras intentaron abrazar en conjunto a la sociedad, incluyendo en ese abrazo las materialidades en que expresan su potencial y la prosperidad de un país, pero también abarcando las creencias y motivaciones más profundas que le dan sentido al vivir juntos y que constituyen el espíritu de una nación.

A comienzos de los 90, en “Un país al margen de la ley”, Carlos Nino ofrece un reflexivo análisis y propone reformas para ocuparnos del Cambalache en que nos hundimos, por la marcha en reversa que hemos seguido.

En el año 2006, Carlos Waisman describe las consecuencias del miedo a la revolución, en las elites y de un Estado desarraigado, que viró de mandatario a autoritario, que juntos provocan daños estructurales que determinan, como el factores claves, la insólita “inversión del desarrollo” argentino..

El espíritu largamente reconocido que nos dio identidad y carácter como argentinos, antes del derrumbe, estuvo marcado a fuego para toda la historia por la gesta generosa de San Martín repartiendo libertad por medio continente.

Ser argentino era ser alumno de las escuelas de Sarmiento, ese campeón gigantesco de la educación que logró lo que nadie había alcanzado en el mundo, que ser argentino fuera sinónimo de estar educado, en cualquier rincón del territorio en que viviera.

Esa Argentina fue capaz de abrirse al mundo y recibir oleadas de hombres y mujeres que al final resultaron ser más numerosos que los anfitriones que los invitaron y acogieron para hacer juntos un país de un desierto.

La escuela hizo de todos ellos compatriotas y los dotó de esperanza y oportunidades. Era proverbial escuchar hasta bien entrado el siglo XX hablar de la capilaridad social de la Argentina, esa maravillosa propiedad que tienen los líquidos de ascender por estrechos canales.

La educación fue un enorme motor, con la confianza en ella como llave para el progreso en la vida, confianza ilimitada que a veces puso tensiones como en M’hijo el dotor de Florencio Sánchez.

Pero al final del camino le dio a la Argentina una cultura, intelectuales brillantes, científicos ganadores del Nobel, y una cálida admiración por lo que se había logrado en este rincón lejano del sur.

Pero hoy todo eso cambió. Está escrito en Cambalache:

No hay aplazaos (Que va a haber) ni escalafón

Los inmorales nos han iguala'o

Si uno vive en la impostura

Y otro hala en su ambición

Da lo mismo que sea cura

Colchonero, Rey de Bastos

Caradura o polizón

El boletín y el informe escolar de los chicos encerrados de Argentina 2020, también dice que aprendieron, que saben, que tienen Suficiente en todo. Que alcanzaron objetivos y una sarta de patrañas.

Es una cosa extraña el gremialismo docente. Reniega de la herencia, renuncia al Magisterio, denigrando la excelsa dignidad de enseñar, haciendo del privilegio de llevar las jóvenes mentes hacia el futuro, hacia el conocimiento, en vulgar labor de ganapanes, capaces de dejar las escuelas cerradas durante meses, embarcados en aguerridas luchas proletarias. Abandonando las generaciones futuras, que pone la historia en sus manos, prisioneras de la ignorancia, ciegas y desarmadas,    

En medio de nuestras penas, hoy suena quizás exagerado y grandilocuente el Canto a la Argentina que Darío compuso cuando el Centenario. La tercera estrofa proclama:

¡Argentina, región de la aurora! 

 ¡Oh, tierra abierta al sediento

de libertad y de vida,

dinámica y creadora! 

¡Oh barca augusta, de prora

triunfante, de doradas velas!

Que voz tan lejana la del poeta excelso hoy aquí, en medio de la grosería prepotente y de la perversión rampante.

Parecía que el destino de esta patria no tenía techo, en su proverbial generosidad y respeto sintetizado en el lema que hizo ganar al canciller Saavedra Lamas el Nobel de la paz, cuando planteó el principio de que” la fuerza no da derechos”. Tal vez un eco del juicio lapidario a la violencia, que hizo Alberdi en “El crimen de la guerra”

Pero esa parábola mágica que nos proyectaba al futuro como una flecha dirigida al triunfo, se rompió hace 90 años. Cuando algún general y coroneles adictos, se hicieron eco de sectores que mezclaban los privilegios con el oscurantismo, y encabezaron el asalto, decididos a quebrar el molde institucional que nos sostenía, inaugurando una seguidilla de pretensiones alucinantes, que llevaron al país de quimera en quimera a destrozar su cuerpo material y a desanimar la voluntad social que nos auguraba herederos de una historia común, a la sombra de una única bandera.

Cuando observamos los hombres y mujeres que pretenden dirigir este país, esta Argentina nuestra con una historia tan rica, con héroes tan valientes y generosos, es imposible no entristecerse viendo el penoso balance que resulta de la comparación.

Solamente es posible concluir que, superando el texto de Discépolo, hoy el Cambalache llegó al poder, por encima de todo, pretendiendo inclusive cambiar hasta el idioma.

Es lo mismo el que trabaja
noche y día como un buey
que el que vive de los otros
que el que mata que el que cura
o está fuera de la ley

La pregunta que me hago, y que quiero compartir con vos que estás leyendo estas líneas, busca descubrir si tiene remedio este estado de cosas.

¿Tienen reserva los argentinos para salir de esta espiral descendente, y sacar a relucir sus propias vidas individuales y en consecuencia la resultante vital de la sociedad?

¿Quedan todavía convicciones de que lo bueno, la verdad, y la belleza, valen la pena y le dan sentido a la vida y a la muerte?

Si creemos que todavía queda, como sin duda espero que lo haya, una brasa encendida, un rescoldo del fuego sagrado que encendieron los fundadores de la patria, que animaron las guerras de la independencia y que inspiraron a los organizadores de la nación.

Si no nos hemos perdido del todo, si somos capaces de abrazar nuestros hijos y nietos e intentamos llevarlos a un futuro donde puedan ser felices, donde puedan participar como constructores de un país justo y generoso, donde siempre la mirada esté puesta en el horizonte futuro y los pies firmemente apoyados en la tierra del presente.

Si es así, si ese fuego sagrado existe, Argentina puede salvarse. No sin dolor, no sin sacrificio, no sin un esfuerzo sostenido y desinteresado.

Solo abandonando el tono chabacano de la farsa y asumiendo la seriedad dramática de la vida, que la tragedia expresa.

 

El coeficiente intelectual medio de la población mundial

"El coeficiente intelectual medio de la población mundial, que desde la posguerra hasta finales de los años 90 siempre había aumentado, en los últimos veinte años está disminuyendo...

Es la vuelta del efecto Flynn. Parece que el nivel de inteligencia medida por las pruebas disminuye en los países más desarrollados. Muchas pueden ser las causas de este fenómeno. Una de ellas podría ser el empobrecimiento del lenguaje. En efecto, varios estudios demuestran la disminución del conocimiento léxico y el empobrecimiento de la lengua: no solo se trata de la reducción del vocabulario utilizado, sino también de las sutilezas lingüísticas que permiten elaborar y formular un pensamiento complejo. La desaparición gradual de los tiempos (subjuntivo, imperfecto, formas compuestas del futuro, participio pasado) da lugar a un pensamiento casi siempre al presente, limitado en el momento: incapaz de proyecciones en el tiempo. La simplificación de los tutoriales, la desaparición de mayúsculas y la puntuación son ejemplos de ′′ golpes mortales ′′ a la precisión y variedad de la expresión. Solo un ejemplo: eliminar la palabra ′′ señorita ′′ (ya desueta) no solo significa renunciar a la estética de una palabra, sino también fomentar involuntariamente la idea de que entre una niña y una mujer no hay fases intermedias.

Menos palabras y menos verbos conjugados implican menos capacidad para expresar las emociones y menos posibilidades de elaborar un pensamiento. Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esfera pública y privada proviene directamente de la incapacidad de describir sus emociones a través de las palabras. Sin palabras para construir un razonamiento, el pensamiento complejo se hace imposible. Cuanto más pobre es el lenguaje, más desaparece el pensamiento. La historia es rica en ejemplos y muchos libros (Georges Orwell-1984; Ray Bradbury - Fahrenheit 451) han contado cómo todos los regímenes totalitarios han obstaculizado siempre el pensamiento, mediante una reducción del número y el sentido de las palabras. Si no existen pensamientos, no existen pensamientos críticos. Y no hay pensamiento sin palabras. Cómo se puede construir un pensamiento hipotético-deductivo sin condicional? Cómo se puede considerar el futuro sin una conjugación en el futuro? Cómo es posible capturar una tormenta, una sucesión de elementos en el tiempo, ya sean pasados o futuros, y su duración relativa, sin una lengua que distingue entre lo que podría haber sido, lo que fue, lo que es, lo que podría Ser, y lo que será después de que lo que podría haber sucedido, realmente sucedió? Queridos padres y maestros: damos a hablar, leer y escribir a nuestros hijos, a nuestros estudiantes. Enseñar y practicar el idioma en sus formas más diferentes. Aunque parezca complicado. Especialmente si es complicado. Porque en ese esfuerzo está la libertad. Quienes afirman la necesidad de simplificar la ortografía, descontar el idioma de sus ′′ fallas ", abolir los géneros, los tiempos, los matices, todo lo que crea complejidad, son los verdaderos artífices del empobrecimiento de la mente humana.

No hay libertad sin necesidad. No hay belleza sin el pensamiento de la belleza."

                     Christophe Clavé

(Copiado del muro de Mauricio Nisnik)

02 diciembre 2020

¿Para que vivir?

 

¿Para que vivir?

Steven Pinker

Pero la pregunta más llamativa que he respondido se me

planteó al concluir una charla en la que había explicado el lugar

común entre los científicos según el cual la vida mental consiste en

patrones de actividad en los tejidos cerebrales. Una estudiante del

público levantó la mano y me preguntó:
 «Entonces,
¿por qué debería vivir?»

Esta es la respuesta.

 

En el acto mismo de hacer esa pregunta, estás buscando «razones» para tus convicciones, de modo que estás comprometida con la razón como medio para descubrir y justificar lo que es importante para ti

¡Y existen tantas razones para vivir! Como ser «sintiente», consciente y capaz de sentir, posees el potencial para «florecer»  Puedes refinar tu propia facultad racional aprendiendo y debatiendo  Puedes buscar explicaciones del mundo natural a través de la ciencia, y la comprensión de la condición humana a través de las artes y las humanidades  Puedes sacar el máximo partido de tu capacidad de sentir placer y satisfacción, que permitió a tus antepasados prosperar y, por ende, te permitió llegar a existir  Puedes apreciar la belleza y la riqueza del mundo natural y cultural  Como heredera de miles de  millones de años de vida que se perpetúa, puedes perpetuar a tu vez la vida 

Has sido dotada de un sentido de compasión o empatía (sympathy) —la capacidad de querer, amar, respetar, ayudar y mostrar bondad— y puedes gozar del don de la benevolencia mutua con amigos, familiares y compañeros. Y dado que la razón te dice que nada de esto es exclusivamente «tuyo», tienes la responsabilidad de proporcionar a otros lo que esperas para ti misma 

Puedes fomentar el bienestar de otros seres «sintientes» promoviendo la vida, la salud, el conocimiento, la libertad, la abundancia, la seguridad, la belleza y la paz La historia demuestra que, cuando sentimos compasión o empatía hacia otros y aplicamos nuestro ingenio a la mejora de la condición humana, podemos progresar al hacerlo, y tú puedes contribuir a continuar ese progreso.

26 noviembre 2020

¿Una caminata aleatoria?

 

Dr. Hugo Oscar Ambrosi

 

Box descubrió la estadística por accidente. De hecho, él decía que era un "estadístico accidental”, debido a que antes estudió química, fue a la guerra, trabajo como ingeniero

 

Se aproxima el final del año 2020, que ha sido caracterizado por el desarrollo de COVID19, la enfermedad que, por su propagación mundial, ha sido catalogada por la OMS como una pandemia.

Como consecuencia de la enfermedad, por un lado, y de las medidas adoptadas para combatirla por otro, la forma de vida y las condiciones económicas se han visto afectadas de tal manera que es opinión generalizada que sus efectos provocaran cambios permanentes de una naturaleza y magnitud no previstas.

Todas las actividades humanas deben replantear sus prácticas. Para responder a las nuevas demandas y adecuarse a los nuevos formatos de intercambios sociales.

Demandas e intercambios tienen para nosotros, los estadísticos, significados bastante claros. La información estadística demandada por un problema como la pandemia, es un recurso crítico para controlarla. Las estadísticas relevantes, oportunas, confiables y accesibles enervan el cuerpo social, y hacen posible la toma de decisiones basadas en la evidencia y la evaluación participativa de resultados.

Hemos podido comprobar durante el desarrollo de COVID19, la importancia conceptual de la información sobre la enfermedad para el diseño y evaluación de las medidas destinadas a controlarla, atenuar consecuencias indeseables y justificar las restricciones aplicadas a la sociedad.

Los descomunales errores sobre casos y muertes estimados, que fueron difundidos a comienzos de la pandemia y rubricados desde importantes centros científicos, nos obligan a subrayar la enorme vigencia de la afirmación de George Box, que declaro:  que "en esencia, todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles”. Hay que tener en cuenta la enorme humildad científica que le permite resignar la inefable búsqueda de la verdad, dando lugar a la utilidad, más modesta pero efectiva como fuente de satisfacción.

Mientras la verdad no es un objetivo de la ciencia, como señaló Pearson, sino la verosimilitud, cuyo valor es relativo a la evidencia, la utilidad indica satisfacción respecto a diversos criterios, que expresan los valores preferidos por unos u otros interesados en el problema. La discusión que abre la abierta incorporación de los valores a la resolución de los problemas, tiene consecuencias epistemológicas, morales, sociales y políticas.  

Esas cifras aventuradas, no solo no fueron útiles, sino que fueron altamente perniciosas, porque expandieron el miedo, a través del planeta, como una segunda y agobiante patología, que nos arrojó al aislamiento.

Más tarde se supo también, en nuestro país, que los datos básicos utilizados en la formulación y evaluación de las medidas adoptadas, contenían gruesos errores que le quitaban todo valor a los razonamientos basados en ellos.

Claramente tenemos en esas dos claudicaciones –de los modelos y de los procedimientos de medición– un claro desafío a nuestras capacidades y responsabilidades en el campo de las estadísticas sanitarias.

El punto es definir si estamos de acuerdo en asumir esas responsabilidades, mediante una oferta activa de “modos amplios y flexibles de razonamiento que permitan que las personas inteligentes sean más inteligentes en todos los aspectos de la vida y el trabajo”. (David Moore).

Si aceptamos ese compromiso, debemos preguntarnos si nuestra preparación y desempeño son los  que la sociedad necesita para enfrentar los problemas que tiene que atender ahora y en el futuro próximo, muchos de los cuales COVID19 ha agudizado.

Tal vez sea oportuno recordar que los problemas fueron la incubadora de los métodos estadísticos. Las áreas más dispares han jugado papeles fundamentales, motivando el desarrollo de la que hoy es el corpus conceptual de la Estadística. Así:

·         Las necesidades económicas y militares de los Estados incitaron, desde tiempos muy remotos, la realización por éstos de censos de su población y de sus riquezas.

·         Las piraterías berberiscas en el Mediterráneo motivaron el desarrollo de los seguros marítimos, con sus problemas asociados de evaluación de riesgos.

·         El gran interés por los juegos de azar motivó, sobre todo a partir del siglo XVII, el desarrollo teórico del Cálculo de Probabilidades.

·         La Teoría de Errores se desarrolló inicialmente en conexión con problemas aparecidos en el área de la Astronomía;

·         la Teoría de la Correlación surgió en el contexto del estudio de problemas biológicos;

·         la teoría del Análisis Factorial aparece en el campo de la Psicología;

·         la teoría de los test Chi2 en el de la Sociología;

·         la del Diseño de Experimentos en el de las Ciencias Agronómicas;

·         la del Análisis de series temporales se desarrolla especialmente en el de la Economía y Meteorología;

·         etcétera…

Es decir, los problemas rigen el desarrollo de la Estadística y por lo tanto es fundamental poner atención en los problemas dominantes en nuestros días y en nuestro país.

Hace muchos años se viene observando una tendencia a conceder la centralidad de la atención a las técnicas, variadas y numerosas, que se multiplican en un ambiente que podríamos denominar endogámico. Ya Bradley Efron, en su trabajo seminal sobre el bootstrap se refiere al encierro matemático en el que se desarrollaba la estadística. Precisamente su trabajo señalaba, como efectivamente lo es, una salida a ese encierro.

Esa actitud, afecta además la identidad y la imagen social de los estadísticos y en consecuencia de la estadística. Varios presidentes de la American Statístical Association en las últimas décadas han expresado sus opiniones, desde distintos ángulos, sobre  la cuestión de la identidad y la imagen social de la profesión.

Jerome Cornfield, ya en 1974, se preguntaba

-¿Qué son las estadísticas y hacia dónde van?

Y a continuación agregaba con humildad, citando a Dean Acheson

"¿Qué sé, o creo que sé, por mi propia experiencia y no por ósmosis literaria?" Una respuesta honesta sería: "No mucho; y no estoy muy seguro de la mayor parte de ella”.

No es necesario aclarar que adhiero plenamente a ambas cuestiones, y les reconozco plena vigencia entre nosotros.

A continuación, sintetiza el problema al que me refiero, en la siguiente escena imaginaria:

“Comenzaré por suponer un crítico no estadístico, tal vez un integrante de un comité de búsqueda de Estadísticos, al que le impacta lo que él llama el carácter dependiente de la estadística. Todas las demás asignaturas del currículo de Artes y Ciencias, explica, aparecen independientes, pero la estadística no. Aunque utiliza las matemáticas, sus criterios de excelencia no son los de las matemáticas, sino más bien el impacto en otras materias”.

“Del mismo modo, mientras que otros sujetos se preocupan por acumular conocimiento sobre el mundo externo, los estadísticos parecen preocupados sólo por los métodos de acumulación de conocimiento, pero no por lo que se acumula. No niego, dice, que tal actividad puede ser útil (aquí se estremece), pero ¿por qué alguien querría hacerlo?”

Más adelante dice: ¿Como eligen su profesión los Estadísticos? ¿Es simplemente el resultado de una caminata aleatoria o hay elementos importantes de racionalidad en ella?

En el mismo sentido se expresó George Box, cuya autobiografía se titula: “An Accidental Statistician: The Life and Memories” Decía que descubrió la estadística por accidente, de hecho, él decía que era un "estadístico accidental”, debido a que empezó estudiando química, pero antes de finalizar la carrera, en 1939, abandonó sus estudios para alistarse en el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial. Comenzó trabajando como ingeniero.

Cornfield concluye con una nota de optimismo: “Estoy convencido de que el resultado de la caminata aleatoria que me hizo estadístico era inevitable. El único estado que era absorbente eran las estadísticas, y me complace que el tiempo transcurrido fuera tan breve, en lo que a mí respecta”.

La pregunta que hizo Cornfield por el lugar de los Estadísticos en la Facultad de Artes y Ciencias, parece haber sido recogida por David Moore, quien argumentó ya en 1998,  en favor de la Estadística como una de las Artes Liberales

A fines del siglo pasado Moore señalaba que, en comparación con la generación anterior, ahora es más probable que la formación de los estadísticos enfatice el trabajo con datos, el diseño de la producción de datos y el razonamiento y las limitaciones de la inferencia formal. El pensamiento actual en educación estadística, decía es consistente con la visión de la estadística como arte liberal. Las presiones que han cambiado el contenido de los primeros cursos (en USA) no son retóricas, son concretas: la tecnología ha forzado a enfocarse en lo que no está automatizado, poniendo la atención sobre las grandes ideas y las estrategias generales para tratar con datos, variación y azar.

La importancia de los datos, la omnipresencia de la variación, la importancia de la producción de datos, observación versus experimentos, la medición y el modelado de la variabilidad, pueden correctamente describirse como herramientas intelectuales ampliamente aplicables.

Este texto surgió considerando que el año próximo se cumplirán 40 años de la incorporación de los Estadísticos al Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Así se concretaba un largo anhelo en búsqueda del reconocimiento profesional, cuya concreción logró la vieja Asociación de Graduados en Estadística de Rosario. Todavía hay mucho trabajo para hacer en esa dirección. Sin embargo, enfocar a la Estadística como un arte liberal, como disciplina del pensamiento y del espíritu, es una forma de vinculación social más profunda que pone de relieve los aportes culturales de la estadística.

Estoy convencido que es oportuno hacer este balance, especialmente en nuestro ámbito local, en un momento en que la pregunta es si los estadísticos serán superados, abrumados por la tecnología, hasta el punto de convertirnos en una rama menor de la ciencia de la información.

Eso puede ocurrir si restringimos nuestras aspiraciones abordar sólo problemas técnicos. Es decir, si nos centramos en darle vueltas a los problemas de la estadística y no a lo que la estadística puede hacer con los problemas reales.

Considerar la estadística como un arte liberal es recordarnos que no necesitamos ser simplemente “nerd”. Basta tener presente que si uno usa la tecnología para hacer las mismas viejas cosas obtendrá los mismos viejos resultados. Para cambiar eso hay que agregar pensamientos nuevos a la nueva tecnología. Porque la tecnología da poder, pero el pensamiento lo utiliza y dirige.

La estadística involucra distintas y poderosas formas de pensar que no permiten que sea devorada por la tecnología de la información.

La revolución de la computación y las comunicaciones nos enfrenta con muy grandes masas de información muy desordenada.

El pensamiento estadístico ofrece simples, pero no intuitivos instrumentos para recortar la masa de datos, ordenar el desorden, separar el sentido del no sentido, seleccionar lo poco relevante de lo mucho irrelevante.

Es más, cualquier revolución implica que enfrentemos nuevos problemas que requieren modos de razonamiento generales y flexibles. Como dijo Bob Hogg “la estadística es una guía a lo desconocido”

 Y como arte liberal es, a largo plazo la más útil forma práctica que puede tomar nuestra disciplina.

 

 

 

 

 

03 noviembre 2020

La carta


La carta ha resultado muy reveladora. La corresponsal fue, como siempre, autorreferencial, egoísta y presumida. Enajenada por la compulsión de creer que tiene domicilio en la historia y que debe exhibir, a cada paso, la naturaleza excepcional del personaje que ha inventado. El centro alrededor del que giran todas las cosas.

Es como si su vida, sus dolores, sus problemas y sus incomodidades, la hicieran distinta, ajena a los comunes mortales y predestinada a llevarse todo por delante, sin renunciar siquiera a su naturaleza guaranga, qué pretende imponer porque le place. Reclamando sin linaje y sin razón, un reconocimiento cortesano, a su realeza de carnaval.

En el primer párrafo se constituye en suma sacerdotisa del culto a él. Solo nombrado con el escueto recurso del pronombre, pretende sacarlo de la escala humana común, y lo propone como una suerte de extraño y curioso personaje, que hizo de las trapisondas, enjuagues trampas, chantajes, frutos de su avaricia, una especie de juego de máscaras donde nadie sabe quién es quién, ni quién se lleva qué, ni cuánto se lleva el que se lo lleva.

En medio de su espantosa soledad de vestal desocupada, perdida toda noción de realidad, ajena totalmente a la presencia del otro, ni la muerte ni la miseria,  aparecen registradas por su conciencia, absorta en eludir tribunales y evitar un futuro de mazmorras.

El universo y ella, siguiendo los oscuros designios de él. Eso es todo. ¿Qué más hace falta?

Después de ese ofertorio pagano y mitológico, las expectativas sobre lo que sigue resultan ampliamente superadas por una pluma entusiasta a la que, si algo le sobra, no es precisamente la prudencia, la reflexión y la racionalidad.

La emprende sin que le tiemble la mano nada menos que con el asunto de la certeza. La certeza,  esa condición tan alejada del humano transcurrir, tan imposible de alcanzar, tan ajena a nuestra mejor forma de entender el mundo, la ciencia que nos conforma sólo con conjeturas sujetas a continua y permanente verificación.

Pero ella atropella el espacio de las dudas dónde nos debatimos los comunes mortales, donde buscamos encuentros y convergencias, Aunque sean breves y pasajeros. Y los transforma en sentenciosos dictámenes, dónde quedan fuera de toda duda solo sus propias y pretenciosas afirmaciones, y rompe en consecuencia cualquier vislumbre de diálogo, , de apertura, de conciliación.

Lo único tranquilizante, a medias naturalmente, es que sus afirmaciones están absolutamente vacías de contenido, no dicen nada porque no se dirigen a nada ni pretenden hacerlo. Son  solamente humo, artificios más o menos coloridos, de un folklore caduco y agónico.

Que el presidente preside es una obviedad. Que nadie puede condicionarlo es una estupidez, un insulto a la inteligencia. Sobre todo dicho por ella. Que hizo del carpetazo un arte de la guerra.

Otra ocurrencia es su alquímica pretensión de convertir graves acusaciones en meras formalidades, a lo sumo desprolijidades. 

Como si las formas no tuvieran un valor en sí mismas. Pero no es el caso detenerse tampoco en su singular metafísica de la forma. Mejor recordar que es lo que pretende dejar fuera del foco de atención, parodiando las maneras en la mesa, cuando en realidad nos debe explicaciones sobre asuntos sustantivos, tan sustantivos cómo bolsos, cuadernos, y hoteles. 

Si esas son sólo formas que critican mentes rígidas y poco flexibles, tenemos un enorme problema. Que no termina por su voluntarista decreto unilateral qué reduce todo a desprolijidades guarangas.

La tercera certeza, según su pretenciosa dialéctica, basada en un encadenamiento discursivo de falsedades, pretende levantar la bandera de un acuerdismo tardío, que no le interesó practicar nunca. Ni antes durante 12 años ni ahora durante 10 meses. 

Una ladina tendencia a desplazar la culpa hacia los otros desmiente la falacia perezosa, desganada, que transmiten sus palabras cuando simulan  una convocatoria a todos.



18 octubre 2020

La gente de los barcos


 Ser argentino fue el grandioso proyecto qué surgió en esta tierra. Estaba sostenido en una trama de creencias, en un abanico de valores, en  una esperanza.  

Ser argentino era un sueño y también algunas veces llegó a ser un orgullo. Era una utopía que hubo momentos en que pareció posible. A pesar de los tropiezos, a pesar de la distancia entre lo cotidiano y los deseos, era nuestro alimento, era nuestro apoyo, era nuestra forma de pararnos en el mundo, con las virtudes y defectos de cada presente,  pero con ese modelo perfecto detrás del cual queríamos marchar. 

Ese núcleo magnético, esa fuerza telúrica que nos arraigaba y nos empujaba hacia delante y hacia arriba, permitió que por obra y gracia de algunos, que sí lograron ser argentinos, del  metal del argentino mítico que nos ilusionó a todos, la Argentina pudo lograr algunos sorprendentes resultados. 

Sin embargo, por detrás, reptando muy abajo, medrando en las sombras, siempre se agitaron fuerzas contra ese argentino ideal. Y así se fue mellando el escudo protector y poco a poco se desalentaron los ideales de grandeza, honor, generosidad, dignidad, heroísmo, y al mismo tiempo se menoscabaron las metas, se sembró la duda sobre la capacidad del argentino para alcanzarlas, se minó la confianza en el otro que podía sostenernos.  

Los héroes fueron desalojados del Olimpo patriótico y fueron sometidos a un escrutinio mezquino, implacable, que, aunque no mancilló  su grandeza, sí opacó para muchos, su brillo ejemplar. 

Y así estamos hoy viviendo en pleno imperio de de la mediocridad que Ingenieros describió con implacable lucidez y Martínez Estrada subrayó en "Qué es esto”, medio siglo después. 

Una sociedad en que todo destaque, toda prominencia, todo brillo, debe ser opacado, demolido, aplanado, que no tiene perspectiva ni contraste ni horizonte que la oriente y la dirija en el camino hacia el futuro. 

No hay ejemplaridad pública. Por lo contrario, hay una exhibición desvergonzada de la degradante viveza criolla. Maestra en todos los trucos del escape, el ocultamiento y el gesto sobrador. Que alcanza, con el impulso del poder aprovechado con descaro, magnitudes increíbles. El país se desangra literalmente por las heridas que le han infligido sin piedad, con una codicia sanguinaria.

La obra maestra llevada a cabo durante décadas, es el empobrecimiento de la sociedad que un día fue la más igualitaria de América, con una pujante capilaridad social. 

Sistemática e incansablemente fueron demoliendo los pilares básicos. La educación integradora y de altísimo nivel, que era la llave maestra para una sociedad de oportunidades. Esa herramienta permitió  hacer ciudadanos de las multitudes que llegaron con esperanza a ofrecer su denodado esfuerzo y participar en la construcción de una nación, en un vasto territorio despoblado. 

Si alguien, de algún alejado rincón, llegaba a prestar el servicio militar sin la educación debida, allí la recibía como conscripto del Ejercito Argentino, y volvía a su pago más preparado. 

Eran las gentes de los barcos. Los que comulgaban el credo del crisol de razas. Ese crisol fundía tantas lenguas, tantas historias y nostalgias, buscando en esa amalgama forjar el argentino que encarnara la utopía grandiosa que abrigaba cada hogar.

Esos argentinos de los barcos traían consigo una virtud maestra. Sabían que eran habitantes del tiempo. Que todo logro, toda meta, se podía alcanzar en el tiempo. Eso le quitaba al evasivo presente el apremio de la urgencia. 

Permitía pensar en el cómo y el cómo era el ahorro. Que viene del guardar fuerzas, para soportar la carga,  o la carrera, o el salto. El ahorro es la via por donde el trabajo hace su obra.

Pero un fatídico día, con el falaz argumento de que todo podía ponerse en la mesa para un banquete gratuito, se convocó a una  fiesta para gastar todo en el banquete. Que nadie se privara de nada, ningún mañana importaba. 

Y con ese gesto repetido y mejorado, hasta llegar hoy a niveles asombrosos de dispendio, perdimos nuestra moneda, ese símbolo que permite que el valor viaje en el tiempo y el espacio.

Pero si no hay moneda, no hay ahorro. Si no hay  ahorro no hay futuro. Solamente hay una sucesión de inmediateces, que reclaman  satisfacciones con igual urgencia, porque mañana ya es futuro y no existe.

No tiene sentido la siembra y la espera, o  los 21 días de incubación; hasta el embarazo que nos trajo al mundo, queda cuestionado, en este mundo sin futuro.

Pero la demolición no se detiene. También el crisol de razas fue atacado. Eso era  necesario para afianzar el modelo distópico elegido, para cancelar la utopía creadora que le daba consistencia al país.

Así resulta que son discriminados, en un gesto de negacionismo irracional, los argentinos de los barcos, como enemigos de los "pueblos originarios". Tanto empeño hizo que el desprecio llegara hasta Colón, como primer hombre de los barcos y su monumento fuera desterrado de la vista. 

Ese intento es injusto, agraviante y extemporáneo. Si en el tiempo algo se hizo mal, es nuestra oportunidad para repararlo. Hacer política de la historia, es otra forma de la picardía para escapar  de las propias miserias y reclamar a otros porque no dejaron todo arreglado o resuelto.

Los inmigrantes construyeron el país, cultivaron sus campos, aplicaron sus manos a múltiples oficios para enriquecer la vida de todos. Todas las profesiones los encontraron activos. Dieron ejemplo de solidaridad en sus sociedades de socorros mutuos. No es necesario repetir algo tan obvio como los méritos de los inmigrantes, que dejan al desnudo la perversidad de colocarlos como enemigos de los indios. 

Para completar la demolición, los héroes, seres humanos capaces de sobresalientes hazañas a pesar de sus debilidades y flaquezas, fueron desplazados por una  triste armada de rufianes incompetentes, comparsa de aprovechadores inescrupulosos, obedientes aduladores de manos encallecidas solo de tanto aplaudir a lideres ególatras y mentirosos, obsesionados solamente por permanecer en los diversos sillones del privilegio feudal que construyeron.

A los señores del orden de la decadencia, usufructuarios de la herencia ignominiosa del linaje del nuevo panteón populista, les debemos los esperpénticos blasones de ignorancia, miseria, vesania y una petulante e inmensa soberbia, con que hoy nos etiqueta el mundo.


05 octubre 2020

12 de octubre en todas las plazas


 ​"La sombra de la Patria"



"Cuando la patria esta en peligro todo esta permitido
excepto no defenderla"

San Martín


20 de junio...9 de julio...17 de agosto...13 de setiembre...12 de octubre se renuevan los reclamos, nuestras voces se levantan, bajo los pliegues de la bandera, para reclamar el respeto de la Constitución y de las leyes, para denunciar los actos abusivos y las conductas impropias de la vida republicana y de la igualdad entre los ciudadanos.

La Patria está en peligro, ha sido la proclama dominante. Esas 5 palabras son el reclamo que hoy expresan miles de gargantas.

Y seguiremos yendo a las plazas, seguiremos flameando nuestra bandera, seguiremos cantando el himno, porque “La patria, amigos, es un acto perpetuo, como el perpetuo mundo”, nos enseño el poeta.

Con otra garganta el poeta recuerda:Siento, sospecho que no hemos cumplido enteramente punto por punto el testamento histórico de nuestros antepasados de la Revolución, los héroes de la Independencia, los sabios fundadores de nuestra nacionalidad.”

Ese amargor, esa desazón, ese silbar de los oídos, que me han venido mortificando desde mi primera ya lejana juventud...”[PBP]

 “Yo la siento gemir, y sus gemidos,

Saetas del pesar, me despedazan,
Reproches
del deber me paralizan,

Pregones de vergüenza, me anonadan!
Yo la siento gemir, y sus gemidos

Sobre mi frágil corazón, estallan.” [PBP]

¡Saldremos hasta que los que tengan que oír escuchen, el coro potente que reclama por el fin de los males que torturan a la Patria!.

Nuestras voces serán potentes y gritaremos juntos incansablemente ¡la Patria esta en peligro!

Nadie es la patria, pero todos debemos ser dignos del antiguo juramento que prestaron aquellos caballeros, de ser lo que ignoraban, argentinos!”

¡Somos el porvenir de esos varones, la justificación de aquellos muertos; nuestro deber es la gloriosa carga que a nuestra sombra legan esas sombras que debemos salvar!”[JLB]

...la doblez, la astucia, la codicia; La vileza del sable que amenaza; La insidia ruin que a la virtud deshonra y a las turbas conturba y maniata;

La evidencia del mal, su negro imperio sojuzgando las cosas y las almas…”

Y el viejo y sabio payador, en medio de la tribu y enfrentando al indio temible, que inclemente azota a la cautiva, lamenta su propia soledad, porque...

Un hombre junto con otro

en valor y en fuerza crece.

El temor desaparece;

escapa de cualquier trampa;

entre dos, no digo a un pampa,

a la tribu si se ofrece!”[JH]

 

¡Juntos el 12 de octubre en todas las plazas!

¡Que el número potencie el coro de nuestra denuncia!



 

01 octubre 2020

Soñar la Patria

 Nos avisaron muchas veces

La moral de Tartufo, hipócrita y mentirosa, el hombre masa, malentendida encarnación  del pueblo, el reproche vibrante de ¡Argentinos, a las cosas! , la esperanza puesta en los argentinos insomnes, los argentinos sin sueño, que alertas y capaces reaccionaran contra las fuerzas de la decadencia y despertaran de la pesadilla, hasta la desgarradora pregunta sobre ¿Qué es esto?, que nos desafía a mirar donde estamos.

Hombre-masa es aquel que sintiéndose vulgar, proclama el derecho a la vulgaridad y se niega a reconocer instancias superiores a él.

Han pasado 2 siglos de aquel año 1820, en que la anarquía se apropió de nuestra historia, y puso 3 gobernadores en el mismo día. Doscientos años pasaron y extraños ecos suenan todavía y acongojan el sufrido cuerpo de la nación.

Es hora de que aceptemos que nos hemos extraviado en nuestro peregrinar histórico, y hemos caminado alucinados hacia el desastre.

Múltiples intentos trataron de explicar la decadencia argentina. Las precoces advertencias sobre lo que incubaba la sociedad, en coral manifestación de ilustres y doloridos testigos. Más tarde se reiteran las alarmas, en tono más específico, cuando las estadísticas señalan fríamente la efectiva culminación de las profundas pulsiones negativas, que percibieron, con filial afecto y compromiso cívico, los precursores: Ingenieros, Martínez Estrada, Scalabrini Ortiz, Arlt, Mallea, Marechal.

Hoy deambulamos inseguros por los vericuetos misteriosos de la pandemia que abraza al planeta. Oscuros augurios sobre la perversidad del virus, nos han empujado hacia un abrupto declive económico, y le ha propinado a nuestro maltrecho sistema educativo, otrora prenda de orgullo, un golpe fatal dañando profundamente el futuro y atrasando dramáticamente al país.

Las asimetrías se acentúan de manera vertiginosa. Millones de desocupados, miles de industrias y comercios cerrados definitivamente, los ómnibus viajando sin pasajeros, por obra del aislamiento social impuesto con rigor policial, deprimen el ánimo y entristecen a la gente.

Mientras se observa un empeño inusitado en modificar leyes y tribunales, de manera que los procesados no respondan ante quien corresponde, fraguando en cambio inmunidad contra la letra y el espíritu de la Constitución de la república.

Por un juego patológico de birlibirloqoue, los presos ganan la calle mientras las víctimas tienen que refugiarse tras las rejas. Los acusados de los mayores agravios al país, se jactan de ser los adalides de un pobrismo arancelado que se ha llevado puesto el ideal del gobierno representativo, cayendo en una delegación entreguista de la libertad.

Se ha profanado el mérito, entronizando el medieval derecho de cuna desnaturalizado como reivindicación de las desventajas e incapacidades, propias y ajenas.

Se rinde homenaje, desde las mas altas esferas al mítico guarango que dibuja con trazos inequívocos Martínez Estrada: “Es un ignorante que interpreta mal la realidad, como el casi analfabeto un texto que puede deletrear pero que no entiende”

.”Es un primitivo que procede como si conociera las reglas de la civilización y hasta como si las acatara y manejase con plena conciencia de su sentido, pero solo conoce el fraude.“

Y así estamos, 80 o 90 años después, viviendo el epílogo de aquellos textos premonitorios del siglo pasado. Nuestra naturaleza profunda ha estallado finalmente.

Vemos con pavor que no somos más lo que no fuimos nunca. Lo que nos gustó parecer no duró como representación. Fue corroído por los vicios profundos del ser bifronte que nos representa.

Divididos, partidos, agrietados. Gastamos energía y tiempo en litigar entre las dos naturalezas que nos constituyen. Travestidas de múltiples formas. Florida y Boedo, federales y unitarios,colonia o independencia, civilización o barbarie, River o Boca, peronistas o gorilas, Ford o Chevrolet, Fangio o Gálvez, Buenos Aires o el interior…

Los títulos proclaman una preocupación creciente: Argentina en el callejón, El país de las desmesuras, Inversión [reversión] del desarrollo en la Argentina, La Argentina partida, Un país al margen de la ley, La telaraña argentina...Y notas, entrevistas y artículosse hacen ecos del v értigo de la caída.

Hoy observamos en primer plano a Tartufo reencarnado. Mentiroso, hipócrita, guarango. Pero Tartufo no esta solo. Por eso la guarangada no es repelida espiritualmente contra el guarango en su persona, sino contra la familia, el barrio, la técnica, el país entero en que el guarango se inspira; contra el texto que él sigue al pie de la letra, reduciéndoselo a farsante de una comedia subhumana. El lugar donde hay reunidas muchas personas, es el escenario propicio para este payaso, para este pícaro sin estirpe”.

Sigue diciendo Ingenieros:

En ciertos períodos la nación se aduerme dentro del país. El organismo vegeta; el espíritu se amodorra. Los apetitos acosan a los ideales, tornándose dominadores y agresivos. No hay astros en el horizonte ni oriflamas en los campanarios

“Entra en la penumbra el culto por la verdad, el afán de admiración, la fe en creencias firmes, la exaltación de ideales, el desinterés, la abnegación, todo lo que está en el camino de la virtud y de la dignidad., En un mismo diapasón utilitario se templan todos los espíritus.”

La patria tiene intermitencias: su unidad moral desaparece en ciertas épocas de rebajamiento, cuando se eclipsa todo afán de cultura y se enseñorean viles apetitos de mando y de enriquecimiento. Y el remedio contra esa crisis de chatura no está en el fetichismo del pasado, sino en la siembra del porvenir, concurriendo a crear un nuevo ambiente moral propicio a toda culminación de la virtud, del ingenio y del carácter.”

Tengamos un sueño. Volvamos a soñar. Recobremos el futuro que imaginaron padres o abuelos. Criollos o gringos.

Abandonemos la cómoda espera de la dádiva y salgamos a ganarle el sustento a la vida. Pongamos en ese propósito, todo el empeño, toda la imaginación, toda la inteligencia tesoneramente, decididamente, apasionadamente.

Abandonemos el cínico escepticismo, la socarronería burlona, la pedantería banal, las excusas derrotistas. Vayamos con ánimo encendido, con paso resuelto y con la mirada firme en la meta más alta y más lejana. Decididos a marchar incansablemente, a bregar sin tregua, a soñar cada noche con la meta. Una y otra vez,¡ soñar con: el despertar de la Patria!

Y digamos con Cortazar:

Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking,

vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga,

tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas,

tango, coraje, puños, viveza y elegancia.

Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado

en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.

Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo

saldrá de este sentir.

28 mayo 2020

BITÁCORA DE LA CUARENTENA: Que no te roben lo sueños

BITÁCORA DE LA CUARENTENA: Que no te roben lo sueños: No hay peor pandemia que el miedo Que no te roben lo sueños El mejor análisis de nuestra realidad y una voz de esperanza que convoca a vivir...

03 abril 2020

BITÁCORA DE LA CUARENTENA: Momento I

BITÁCORA DE LA CUARENTENA: Momento I: Estoy en casa.  Como aconsejaron. Como piden, como hacen otros( algunos,  no todos). Afuera está el virus. Silencioso, amenazador, mortal....

BITÁCORA DE LA CUARENTENA: Momento II

BITÁCORA DE LA CUARENTENA: Momento II: Salí a la calle desconcertado, sin saber cómo hasta aquí llegué a preguntar a los hombres sabios, a preguntarles qué debo hacer… ¡...

29 marzo 2020

"Cuando todo esto termine, la junta de NHS Inglaterra debería renunciar en su totalidad".

Así escribió un trabajador de salud del Servicio Nacional de Salud (NHS) el fin de semana pasado

"Cuando todo esto termine, la junta de NHS Inglaterra debería renunciar en su totalidad". Así escribió un trabajador de salud del Servicio Nacional de Salud (NHS) el fin de semana pasado. La escala de ira y frustración no tiene precedentes, y la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es la causa. La estrategia de contención-retraso-mitigación-investigación del gobierno del Reino Unido fracasó. Fracasó, en parte, porque los ministros no siguieron el consejo de la OMS de "probar, probar, probar" cada caso sospechoso. No aislaron ni pusieron en cuarentena. No contactaron rastro. Estos principios básicos de salud pública y control de enfermedades infecciosas fueron ignorados, por razones que permanecen opacas. El Reino Unido ahora tiene un nuevo plan: suprimir, proteger, tratar y paliar. Pero este plan, acordado demasiado tarde en el curso del brote, ha dejado al NHS sin preparación para el aumento de pacientes graves y críticos que pronto vendrá. Le pedí a los trabajadores del NHS que me contactaran con sus experiencias. Sus mensajes han sido tan angustiantes como horrorosos. “Es aterrador para el personal en este momento. Todavía no hay acceso a equipos de protección personal [PPE] o pruebas ". "Las estructuras rígidas de mando hacen imposible la toma de decisiones". "No ha habido pautas, es un caos". “No me siento seguro. No me siento protegido ". "Estamos literalmente inventando a medida que avanzamos". "Se siente como si estuviéramos perjudicando activamente a los pacientes". "Necesitamos protección y prevención". "Carnicería total". "Los fideicomisos del NHS continúan fallando miserablemente". "Crisis humanitaria". "Olvídate del encierro, estamos entrando en crisis". “Cuando era director de país en muchas zonas de conflicto, teníamos una mejor preparación. "" Los hospitales en Londres están abrumados ". "El público y los medios no son conscientes de que hoy ya no vivimos en una ciudad con un sistema de salud occidental que funcione correctamente". “¿Cómo protegeremos a nuestros pacientes y al personal? Estoy sin palabras. Es completamente inconcebible. ¿Cómo podemos hacer esto? Es criminal ... NHS Inglaterra no estaba preparada ... Nos sentimos completamente indefensos ".
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30727-3/fulltext

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