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14 noviembre 2017

Un extraño Club, la curiosidad amistosa y una conjetura final


Sólo creo en Dios, todos los demás ¡traigan datos! (Deming)
Amigo mío:

Me pides que te cuente que es el Club Político, para que nos encontramos, que es lo que hacemos, qué cosas son las que buscamos.
Parece asunto simple de desenredar, sin embargo a duras penas puedo decirte qué buscaba cuando vine y que no encontré todavía.
Entre otras, está mi dificultad para salir del egoísmo que me haría hablarte más de mí que del club que es el objeto de tu pregunta.
Encuentro en Borges, en su espíritu mágico y profundo, lo que me parece que está en el origen de los clubes políticos. No son ni más ni menos que conspiradores, participantes en una conjura, en alguna conjura, ¡vaya a saber cuál conjura!
Porque efectivamente son “hombres de diversas estirpes, que profesan diversas religiones y que hablan en diversos idiomas”
Sobre lo que no tengo certeza es que efectivamente vayan a “tomar la extraña resolución de ser razonables”
Tampoco me parece, pero esto no me parece malo, que hayan “resuelto olvidar sus diferencias y acentuar sus afinidades”.
Lo que sí me parece que todavía les cuesta es aceptar “que todas las empresas del hombre son igualmente vanas”.
A pesar de mi escepticismo que no puedo negar, creo que en algún lugar (que no se si es donde le gustó ubicarla a Borges, allá, en las tierras altas de Centroeuropa) “crece una torre de razón y de firme fe”.
Antes de buscar ayuda, tengo también que adherir simultáneamente a la duda y a la esperanza: “acaso lo que digo no es verdadero, ojalá sea profético”
Dejando descansar a Borges en su patria ginebrina con su referencia a la ignota conjura de 1291, busco ayuda un poco más cercana. Tengo otro amigo que según recuerdo me hizo comentarios, que pueden serte útiles, como lo fueron para mí, cuando los escuche hace mucho tiempo.
EL decía o, peor aún escribió, que los Clubes políticos son “soporte de una afirmación -individual, grupal, comunitaria- provocada por una carencia social, cuya abolición se constituye en razón de su identidad y/o por el cumplimiento de una expectativa común, que hace de la intervención pública el horizonte de un destino en el que lo personal y lo colectivo encuentran simultánea realización”. En su castellano peninsular, describe una visión de grandeza y una misión de solidaria constitución.
Pero a renglón seguido advierte, sobre el peligro más grande que amenaza aquellos propósitos.  Tanto le avergüenza lo que va a decir que lo atribuye a terceros “confinados en la desalentadora contemplación de lo que son los clubes políticos” (hechos en su tiempo y en su tierra). Esos son los que consideran a los clubes “expresión culminante de la fatalidad pequeño-burguesa, como dóciles y seguros instrumentos de autopromoción de su(s) gestor(es) y como vehículos exclusivos del impune acrecentamiento de su notoriedad y haberes”. Y agrega, advirtiendo su extrañeza porque:
“la realidad histórico-política no se agota en la peripecia [de su tierra], de los tempranos ochenta, en torno al poder, sus inquilinos y sus aspirantes”.
Los clubes traen en su currículo algunos antecedentes que son impresionantes. Nada menos que la Revolución Francesa los tuvo como focos de agitación intelectual y les dio su perfil definitivo. El texto que sigo recuerda que “los clubes populares, en numerosas regiones francesas, son los agentes más vivos y pugnaces de una voluntad de transformación política que no quiere ponerle puertas a su campo. La convención es, al mismo tiempo, figura y cúpula de un vastísimo entramado de más de 1.900 sociedades locales y de cerca de 21.000 comités de vigilancia, sin los que no puede entenderse el múltiple y agitado proceso de cambio de aquellos años cenitales.
Para entender el presente. El tiempo presente y el Club presente, puede servirnos la taxonomía que propone:
1. Clubes filiales de los partidos
2. Clubes ideológicos animados por una personalidad política más o menos independiente de los partidos
3. Clubes de reflexión y análisis de orientación metapartidista
4. Clubes de intervención social
El destino del Club parece depender de la capacidad diferenciadora de su identidad, de la adecuación de su respuesta a las expectativas e intereses que encara y de los medios que puede movilizar. Y esos equilibrios son interactivos y dinámicos.
Antes de terminar, debo confesarte que, sin pretensión de generalidades, solo para el aquí y el ahora, en esta geografía argentina y en este particular tiempo histórico y político, encuentro algunas oportunidades y desafíos que el Club debe aprovechar y responder.
 Hoy leí en el correo de un socio que somos un “club de la polémica”. Le agradezco haberlo dicho. Porque refleja lo que siento cuando se anima nuestra lista de correo. Se enciende la polémica. Surgen espadas filosas, ocurrentes, irónicas que, a veces, terminan ensangrentándose. Es la idea de ganar que tiene cierta retórica extrema. ¿Es inevitable? ¿Acaso no nos encontramos en ningún plano de intereses comunes? ¿Tenemos que ganarnos unos a otros? ¿Cuál es el poder que se disputa? ¿Esa es la idea de diálogo?
Creo oportuno detenernos un poco en la polémica. Etimológicamente "perteneciente a la guerra". Es el producto confrontativo de la retórica, arte de persuadir y de conmover. “La naturaleza misma de la deliberación y de la argumentación se opone a la necesidad y a la evidencia, pues no se delibera en los casos en los que la solución es necesaria ni se argumenta contra la evidencia. El campo de la argumentación es el de lo verosímil, lo plausible. lo probable, en la medida en que este último escapa a la certeza del cálculo”.(Perelman, Ch., Olbrechts.tyteca, n.d.)
Al respecto creo que polemizar no es lo único posible. Hay oportunidades de correr los límites de la discusión política clásica, incorporando modos de argumentación y de análisis que saquen mayor provecho de la información.
Para ello puede servirnos aceptar el enfoque de Gonseth “El progreso real de la ciencia no es un paso de certeza en certeza, de realidad en realidad, sino un paso de una evidencia provisional acumulativa a una ulterior evidencia provisional y acumulativa" Citado en (Perelman, Ch., Olbrechts.tyteca, n.d.)
Creo que el Club podría hacer un aporte sustancial a la práctica democrática fomentando este “giro retórico”.
Esos modos de interactuar, permitirían elaborar consensos sobre aspectos de la política que solamente aparecen diseminados y fragmentados en nuestra correspondencia actual. En ese sentido hay cuestiones que están pasando institucionalmente y que reclaman atención.
Prácticamente desde mi ingreso al Club, he comentado la conveniencia de poner atención en las instituciones estadísticas involucradas en la producción, el análisis y la educación. Las respuestas fueron diversas, desde las silenciosas, animosas, prometedores, hasta las irónicas.
No he hecho más que agregarme a la secular secuencia de impulsores de la estadística, que se inicia con Rivadavia en los albores de la Revolución, sigue con sus directivas de 1820 y llega hasta su presidencia. Alberdi recupera esa impronta, y además de incluir el Censo como herramienta de la representación, reclama claramente un lugar para la ciencia:
“¿Sería ley la voluntad de un Congreso, expresión del pueblo, que, teniendo en vista la escasez y la conveniencia de brazos, ordenase que los argentinos nazcan con seis brazos? ¿Sería ley la voluntad general, expresada por un Congreso constituyente, que obligase a todo argentino a pensar con sus rodillas y no con su cabeza?”(Alberdi 1915) Y agrega citando:
 «Fatal es la ilusión en que cae un legislador, decía Rivadavia, cuando pretende que su talento y voluntad pueden mudar la naturaleza de las cosas, o suplir a ella sancionando y decretando creaciones»
A veces da la impresión que, tanto a los analistas como a los funcionarios, solamente los conmueven los sondeos de opinión que algunos, muy ligeramente, califican como científicos. Un antecedente de aplicación de los análisis académicos a la política, se lo debemos al senador americano Moynihan. El decía: “Todos tienen derecho a su propia opinión, pero no a sus propios hechos”. 
Así llegamos a este presente, con interrogantes que responder, decisiones que tomar y acciones que desarrollar.
No está en mi ánimo alimentar críticas ni formular pedidos.  Me limito a describir hechos y comentar que, a mi modesto entender, en el Club nos debemos una reflexión sobre nuestras circunstancias y nuestros anhelos, dándole densidad a nuestra actividad y fortaleciendo los vínculos con la sociedad y la ciudadanía.
Te agradezco la paciencia y tu interés, afectuoso e inteligente. Antes del punto final, quiero repetir, una vez más,  la conjetura prospectiva de H.G. Wells:
“Llegará el día en que saber estadística, será tan importante para la ciudadanía, como leer y escribir”






18 septiembre 2017

Una sociedad de herederos



"Los hombres construimos demasiados muros
y no suficientes puentes."

Korzybski llamó la atención sobre la característica actividad humana de transmitir experiencia entre una generación y otra, especialmente mediante el uso de símbolos. Ese proceso acumulativo y educativo está detrás de la frase atribuida a Newton, cuando mencionó: "Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes".
Cada tiempo ha recibido un legado del pasado.
Todos somos herederos. Desde nuestro ADN y el lenguaje, hasta las características culturales y los bienes o deudas que recibimos de los antepasados.
Hoy estamos en una situación en que el factor hereditario, contribuye a profundizar la brecha que la desigualdad ha abierto en el cuerpo social.
Ya no se trata solamente del reparto de la riqueza, naturalmente influenciado por los mecanismos de la herencia.
Ahora estamos frente a dos procesos de reproducción que consolidan y acentúan diferencias entre los afectados por uno u otro de ellos.
Podríamos decir que hay un proceso de herencia de la riqueza y otro de herencia de la pobreza.
La herencia de la riqueza, sigue las reglas sucesorias conocidas: de una generación a otra se transmite la posesión de bienes y derechos, lo cual otorga a los beneficiarios ventajas sociales y económicas. Pero además de la transmisión de fortunas, la pertenencia al sector caracterizado por las ventajas sociales, hace que sus miembros dispongan también de mejores oportunidades educativas y laborales. Aún desde antes de recibir su cuota parte de los bienes y fortuna, ya han recibido los beneficios de un sistema de relaciones favorables, escuelas de calidad y empleos ventajosos, logrados por contar con preparación y buenas referencias.
En una sociedad dinámica y progresista, los resultados de ese mecanismo hereditario, genera diferencias iniciales, en la competencia social, que pueden ser atenuadas o compensadas, mediante otros factores que reconozcan los atributos y el esfuerzo personales. Por ejemplo, el reconocimiento de los méritos, es una vía para eludir el fatalismo hereditario.  Sin embargo, no se puede desconocer, que librarse de los condicionamientos del status quo, requiere un esfuerzo adicional, para aquellos que no son beneficiarios del mismo. Dicho de otra manera, las ventajas de nacimiento influyen siempre.
El otro proceso hereditario, no transmite las riquezas o ventajas, sino las carencias y desventajas. La pobreza estructural, que se reproduce de una a otra generación, se ha transformado en una condición hereditaria, con todas sus consecuencias.
No es la pobreza en una sociedad con movilidad. Con "capilaridad social", para dar una imagen de oportunidades de ascenso. Una sociedad en que la escuela pública iguale en un aula con guardapolvos blancos y estimule la sana competencia del mérito.
Llegar al punto de la pobreza hereditaria, tiene una gravedad enorme.    ¿Qué significa? Es la inmovilidad que apresa el futuro en el núcleo duro de la pobreza. Todas las vías de salida están cerradas y solo queda un futuro desesperanzado de pobreza inevitable.
Tal vez alguien diga que siempre ha existido un grupo en esas condiciones. Pero no sin salida ni tampoco con el tamaño actual.
¿Qué futuro tiene una sociedad de herederos de las características descriptas?
No hay futuro porque esta sociedad es inviable. Una sociedad existe porque sus miembros comparten la búsqueda del bien común. Porque entienden que cada uno puede sumar al proyecto común y al mismo tiempo compartir sus beneficios. Porque al transcurrir el tiempo producen una cultura.
Sin embargo, ese supuesto básico se rompe cuando se excluye un grupo, al cual además los hechos permiten que la exclusión sea para siempre, para sus hijos y sus nietos. Una sociedad de castas. Una versión de los parias de la India, en pleno siglo XXI.
En ese escenario, el futuro previsible solamente permite anticipar violencia. Violencia para sostener una situación injusta o violencia para cambiarla.
Con ese estado de cosas como base, los intentos de mejoramiento institucional, deben tener en cuenta que la fractura mencionada, excluye a una parte, presente y futura, de la sociedad. Los altos valores que convoca el desarrollo republicano quedan postergados por las crueles urgencias de las necesidades básicas, que Maslow representó en la base de su pirámide motivacional.
Por esa razón la prioridad son la reducción de la pobreza y la desigualdad. No alcanza reducir o eliminar la pobreza. Hay que reducir la desigualdad, para que sea estímulo y no factor de desaliento y germen de violencia.
Esa persistente pobreza no solo refleja la dolorosa situación en que están sumergidos millones a nuestro lado. También refleja la pobreza de los no pobres. Aquellos que aceptamos convivir con semejante situación con tolerancia resignada o egoísta, según sea el caso.
Un sistema político republicano y democrático, requiere el desarrollo de una ciudadanía activamente participante y solidaria para que cuaje aquel tridente esperanzado de libertad, igualdad y fraternidad.
Cuanto una parte importante de la ciudadanía está sometida a privaciones, peligran las formas de participación política. Los procedimientos de representación abiertos, transparentes y responsables, derivan en modos contestatarios, distintas formas antisociales vecinas al delito, manejos prebendarios que controlan la libre elección política o, lisa y llanamente, la violencia.  
  BUENOS AIRES, 3 de Julio de 2014.





27 agosto 2017

¿Cuánto vale la verdad?

Resulta que ahora se confirma que Moreno no manipulo los datos, porque reglamentos internos del INDEC lo autorizaban a hacerlo. Y esto es muy conveniente porque de lo contrario habría que responder a reclamos de bonistas. De los cuales se celebraban en su momento, las ventajas de las mediciones de Moreno, porque así “se pagaba menos”.
Coincidencia en las ventajas financieras inmediatas y coincidencia en tolerar las arbitrariedades de un sistema estadístico obsoleto y desacreditado.

Este asunto tiene varias aristas que quiero señalar.  No voy a entrar en las cuestiones legales, porque entiendo que ya habrá quienes hagan ese necesario análisis. Si trataré de enumerar aspectos que son substanciales Y que no pueden ignorarse.

En primer lugar, está la cuestión del manejo del affaire IPC por Moreno y sus colaboradores. No puede desconocerse la forma de conducirse de Moreno y las denuncias que desde muy temprano se le hicieron. Entre ellas las dos Audiencias Públicas desarrolladas en el Senado.
¿Porqué son importantes esas audiencias? Porque la información no se reúne mediante una formula indiscutible y dogmática, sino según procedimientos acordados, en función de condiciones de tiempo y de lugar. Se sostiene mediante un convenio.

La información no es dictamen de alguna autoridad, sino expresión de valores convencionales, que se adoptan con mecanismos de consulta y obtienen su vigencia de la aceptación de las partes interesadas. Así funciona el sistema métrico decimal.
Eso no ocurre en el INDEC. Ni con Moreno, ni antes ni después.

Si no hay acuerdo, no hay medida valida, que pueda esgrimirse con algún dejo de credibilidad, salvo la autoridad que la sostiene, sin más argumentos que la contingencia de su poder.
Y resulta que ahora, la prepotencia se ve recompensada y lo único indiscutible es la falta de méritos atribuida a Moreno, a quien caracterizan, tanto su ignorancia profesional como su conducta dañina. No caben dudas que no tiene ningún merecimiento. Todo lo contrario, solo puede acreditar falta de oficio, de inteligencia, de  honradez y de modales.

¿Qué hará Todesca? Es su oportunidad de honrar la dignidad de las estadísticas, como bien público. El conoce muy bien el autoritarismo de Moreno, quien lo llevó ante la justicia por hacer un trabajo que el INDEC no cumplía.  

No puedo creer que tengamos instituciones según las cuales ahora resulta que el Sr. Moreno no ha hecho nada malo, sino que ha cumplido con la ley. Audiencias públicas, días de protestas en la calle, diversos antecedentes judiciales, argumentos y más argumentos en los medios y en las redes, el Congreso poniéndose al frente, los académicos haciendo informes que ni fueron tomados en cuenta, los medios mostrando los hechos…todo inútil o peor  ¿todos equivocados?, o tal vez peor todavía ¿destituyentes complotados?
¿Tan poco vale la verdad?

10 julio 2017

La desmesura, o sea el totalitarismo



La teoría del todo (TdT)(o ToE por sus siglas en inglés, Theory of Everything) es una teoría hipotética de la física teórica que explica y conecta en una sola todos los fenómenos físicos conocidos.
El concepto de una "teoría del todo" está arraigado en el principio de causalidad y su descubrimiento sería la oportunidad de ver a través de los ojos del demonio de Laplace.
El status de la física en la TdT está abierto a un debate filosófico. El núcleo del debate es: si lo físico es verdadero, una teoría del todo física podría coincidir con una teoría filosófica del todo.
Un pequeño número de científicos indica que el teorema de incompletitud de Gödel implica que cualquier intento de construir una teoría del todo está condenada al fracaso. El teorema de Gödel dice que cualquier teoría matemática suficientemente compleja es o inconsistente o incompleta. Stanley Jaki señaló en su libro de 1966 "La Relevancia de la Física" que cualquier teoría del todo deberá ser una teoría matemática consistentemente no-trivial, con lo que debe ser incompleta

“Muchas personas estarían muy disgustadas si no hubiera una teoría última, que pueda formularse con un número finito de principios. Yo solía pertenecer a ese campamento, pero he cambiado mi pensamiento” escribió Stephen Hawcking en “Gödel and the end of physics”, en 2002
Durante décadas hemos alimentado grandes ilusiones de transformación radical, ya sea por las vías de las instituciones o de las revoluciones. Una pulsión por transmutar la realidad de forma categórica nos ha consumido las energías y en muchos casos se llevó la vida, en épicas sangrientas y sanguinarias, prontas a demoler y demoradas para construir.
A través de todas esas experiencias, comunes a otras en el mundo, se puede encontrar la creencia en una racionalización de la sociedad que pretende abarcarla toda. No es siempre la misma configuración, pero si es común en todas, la convicción de que todo está determinado y, en consecuencia, actuando sobre las hipotéticas causas, se puede cambiar el mundo a gusto.
Esos combates por lo grande y lejano, ese impaciente batallar ilusionado (¿o ilusorio?) fue postergando los modestos arreglos, reformas y reparaciones, que nos hubieran permitido mejorar de a poco y, en tantos años transcurridos, cambiar las cosas y estar mejor de lo que hoy estamos. Como hicieron otros, en otros tantos lados.
 Y tal vez, solo tal vez, podríamos haber seguido el ritmo del mundo, con rengueras y flaquezas, como pudimos hacer alguna vez.
No se nos hubieran arruinado tanto las escuelas, los trenes, los hospitales, la esperanza. No hubiéramos empobrecido a tantos. Tal vez, solo tal vez. Porque lo contra fáctico tampoco ayuda a cambiar lo que ya está hecho. Y mañana es diferente de ayer.
Pero lo que sí tenemos que aprender, es que no hay una “teoría del todo”. Solo algunas aproximaciones que, como todas las de su clase, erran en distintos grados por exceso o por defecto. Como dice Hawking:
” Muchas personas estarían muy disgustadas si no hubiera una teoría última, que pueda formularse con un número finito de principios. Yo solía pertenecer a ese campamento, pero he cambiado mi pensamiento”. Y Hawking está hablando de la ¡naturaleza de la física…!
¿Qué podemos esperar de la sociedad, donde al aumentado número de dimensiones del espacio-tiempo, se suman la libertad y los valores? Cuando menos, tendrá que esperar para encontrar su propia ecuación sintética, tener a mano y resuelto el asunto en el plano físico. Y también en el biológico, donde la vida plantea sus propios desafíos.
Una palabra emerge entre estos pensamientos: la palabra desmesura. Refleja lo descomedido que expresa la impaciencia vanidosa de ponerle fin a la historia. Y descubrimos entonces, que ese mal es de muy vieja data y se refleja en la hybris: todo aquello que sobrepasa la justa medida, el equilibrio. Lo que es producto del orgullo, de la soberbia.
“La concepción de la hibris como falta determina la moral griega como una moral de la mesura, la moderación y la sobriedad, obedeciendo al proverbio pan metron, que significa literalmente ‘la medida en todas las cosas’, o mejor aún ‘nunca demasiado’ o ‘siempre bastante’. El hombre debía seguir siendo consciente de su lugar en el universo, es decir, a la vez de su posición social en una sociedad jerarquizada y de su mortalidad”
Esa desmesura nos ha hecho errar el tiro muchas veces,
en otras directamente el gatillo apunto a otro lado,
por sus intereses o por perversidad.
Es hora de abandonar la quimera de cazar dragones y llega el tiempo de descomponer y analizar. Desplegar en el tiempo el esfuerzo, dando oportunidad a la maduración y al crecimiento. Reconociendo el orden de las necesidades en gravedad o urgencia, para ocuparnos no solo de un sector, sino de todos, no solo del presente, abrumador y ruidoso, sino también del futuro, preparando la casa para las generaciones por venir. Eso tiene un costado arduo de privaciones de lo prescindible, para que a ninguno le falte lo imprescindible, es traer a nuestra convivencia una fraternidad extendida más allá de los presentes, que abarque desde la gratitud a los ancestros, hasta la preocupación por el legado. Debemos elegir objetivos próximos, que expresen necesidades indudables, cuya reparación urge y podemos resolver con los medios y las capacidades que tenemos hoy. Por una sencilla razón. Nuestra vida es finita y tenemos un tiempo limitado para hacer algo por mejorar las cosas.
El método para lograrlo no es el falso sincretismo simplificador, sino un pensamiento analítico que administre un sistema de pesos y contrapesos, un sistema de cuentas dinámico que equilibre los debes y haberes, con criterio equitativo y solidario. A la desmesura solo le puede ganar un sistema de pesas y medidas. Solo conocemos lo que podemos medir, dijo el sabio. Y conocer es la base para hacer lo correcto. Creer que se conoce el todo es, simplemente, admitir que no se sabe nada.

-Caminante no hay camino, se hace camino al andar…-

Una tienda repleta de los más sutiles dispositivos intelectuales

Nuestra ciencia es como una tienda repleta de los más sutiles dispositivos intelectuales para resolver los problemas más complejos, y sin embargo somos casi incapaces de aplicar los principios elementales del pensamiento racional. En cada esfera, parece que hemos perdido los elementos de la inteligencia: las ideas de límite, medida, grado, proporción, relación, comparación, contingencia, interdependencia, interrelación de medios y fines.
Al nivel social, nuestro universo político está poblado exclusivamente por mitos y monstruos; Todo lo que contiene es absoluto y entidades abstractas. Esto se ilustra con todas las palabras de nuestro vocabulario político y social: nación, seguridad, capitalismo, comunismo, fascismo, orden, autoridad, propiedad, democracia. Nunca las usamos en frases tales como: Hay democracia en la medida en que. . . O: Hay capitalismo tan lejos como . . . El uso de expresiones como 'hasta el punto de que' está más allá de nuestra capacidad intelectual.
S. Weil, "The power of words"

14 junio 2017

Sobre la educación o el diálogo entre el maestro y los alumnos



La Escuela se encuentra sobre el eje enseñanza-aprendizaje. O, dicho de otra manera, es el lugar del diálogo entre el maestro y los alumnos.
La enseñanza puede referirse a la transmisión y critica de los conocimientos disponibles o a la adquisición de instrumentos adecuados para el descubrimiento de nuevos conocimientos. Según sea el énfasis el proceso será más conservador o más innovador.
Al mismo tiempo, según donde se ponga el punto de equilibrio, recibirá mayor atención lo que tenga que decir, contar, transmitir el maestro, o bien el trabajo, la actividad, que tengan que hacer los alumnos.
Esa distribución de funciones también plantea la diferencia entre el protagonismo del maestro y la forma social con la que los alumnos participan. Esa asimetría se fortalece también, o mejor dicho cambia, según sean los recursos disponibles.
En tiempos de la transmisión verbal de los conocimientos, el maestro tenía una gran preeminencia que conservaba siempre, dando lugar a un vínculo entre generaciones que otorgaba gran importancia a la experiencia. El libro comenzó a cambiar esa dependencia de la narración verbal y fueron posibles la enseñanza y el aprendizaje asincrónicos. 
Actualmente, tanto docentes como alumnos pertenecen a diversas redes, a través de las cuales reciben diversos tipos de información. Si a esto se le agrega el gran desarrollo de los aspectos visuales en las comunicaciones, nos encontramos en un escenario desafiante, que demanda nuevos medios que permitan asimilar e interpretar la corriente de novedades.
Esta fragmentación de la experiencia, que trasciende las paredes del aula y aún las del mismo sistema educativo, señala la urgencia de dotar a los alumnos, lo más temprano posible, de herramientas que le permitan administrar por sí mismo la abundante riqueza de estímulos que le llegan por diversos medios, y de criterios de interpretación y de valoración de los mismos.
En primer lugar, resulta evidente que el proceso de actualización a través de las distintas redes, es simultáneo, multidimensional y multimedial. En ese contexto, el lenguaje continuo, lineal, central en la estructura del libro, no basta para expresar los hechos. La televisión primero (uno a muchos) y ahora los teléfonos celulares (muchos a uno / uno a muchos) han convertido la imagen, lo visual, en el eje central de las comunicaciones.
Es necesario entonces el desarrollo de habilidades en un medio caracterizado por el acceso distribuido (cada uno accede a lo que quiere cuando quiere) a una oferta ampliamente diversificada en términos de formato.
A este hecho debe sumarse la necesidad de conservar la capacidad operativa que requiere la misma tecnología. Podríamos decir que la dimensión analógica que aparece como forma de comunicar la complejidad, de ninguna manera excluye la disciplina analítica del mundo digital. La atención oscila entre las relaciones entre conjuntos y las correspondientes a los elementos constituyentes de los mismos.
La estadística que reconoce antecedentes ya desde la antigüedad, en la forma de diversos recuentos o censos, desde el siglo XVIII ha seguido un desarrollo paulatino que a partir del siglo XX la convertido en una componente característica de nuestra época.
El desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones han sido las bases de una transformación muy profunda de la estadística. En primer lugar ha pasado de desenvolverse en un ambiente de escasez a desembarcar en otro de abundancia, que aportan sus propios problemas a los ya conocidos.
La estadística se ha ocupado desde siempre de las características y el comportamiento de los conjuntos. Desde el principio se ha ocupado de definir característica de los conjuntos, de la que se vale para describirlos y al mismo tiempo calificar a los elementos individuales componentes.
El procesamiento de datos ha permitido hacer esto con rapidez y eficacia. Los promedios, medidas de posición, de dispersión y concentración, las correlaciones, se obtienen fácilmente desde una planilla de cálculo.
Sin embargo, el mayor avance, el que incorpora un lenguaje nuevo a la comunicación social, es la capacidad de convertir la información digital, numérica, en una gran diversidad de formas gráficas.
De esa manera, los conjuntos de datos se hacen visibles y en consecuencia resulta posible su cotejo, comparación y clasificación, mediante el solo recurso de la forma que los expresa.
Detrás de un gráfico estadístico hay una gran máquina y muchos sofisticados procedimientos que son transparentes para el que observa el resultado. Esto quiere decir que mientras durante mucho tiempo nos hemos preparado para hacer funcionar esa máquina y para diseñar nuevos procedimientos, hoy surge una nueva demanda que es ni más ni menos que la de ampliar la capacidad de lectura a ese repertorio de nuevos símbolos, que estamos en condiciones de producir. Preparar lectores para un nuevo lenguaje.
Esta situación parece encarnar muy claramente el pensamiento que expusieron H. G. Wells a comienzos del siglo XX y S.Wilks en 1950 cuando, usando las palabras de este último, anunciaron: “Llegará el día en que saber estadística será tan importante como leer y escribir para el ejercicio de la ciudadanía”
Resulta también muy importante señalar, que ese cambio de paradigma se completa mediante la capacidad de simular los comportamientos azarosos, mediante la selección de un gran número de muestras. Esto permite verificar experimentalmente, el origen de la incertidumbre de los procesos naturales y sociales, aceptando la presencia constante del riesgo en nuestras decisiones.
Con esas dos herramientas: la visualización de información y la experimentación simulada, se puede pensar en otra secuencia de aprendizaje. Ambas cosas se pueden hacer sin mayores exigencias previas, sin mayores cálculos. Como se adquiere el manejo de una tablet o de un teléfono celular.  O el manejo de un auto, sin penetrar en las cuestiones de ingeniería que lo hacen posible.
Ese paso es fundamental, porque permite poner en práctica, muy temprano, el intercambio de información con otros y con el ambiente, natural y social. Se ponen las bases de una cultura de la evidencia, de las hipótesis y de la incertidumbre, que debe acompañar a lo largo de la vida.
Otro eje es el de la recolección de datos. Las distintas materias provocaran diferentes desafíos para reunir datos de interés. Y esa experiencia de contacto con la realidad y con el proceso de medir, tiene un gran potencial formativo. Recordemos que la teoría de los errores de medición es una las fuentes originales de la estadística.
Los tres ejes mencionados: visualización, simulación y medición, constituyen una guía para la incorporación del proceso de “alfabetización estadística”, en la organización de la educación sistemática, en sus distintos niveles.
Buenos Aires, junio 14 de 2017




06 junio 2017

Educación en Argentina

Estado de la discusión  

Se plantea en este momento un debate sobre los contenidos y formato que debería tener un programa de mejoramiento de la educación en la Argentina.
Se enumeran diferentes aspectos que sería necesario tener en cuenta en la formulación de un plan General de educación.
Algunos especialistas mencionan por ejemplo los siguientes aspectos:
1.     manejo del lenguaje lectura y escritura
2.     razonamiento lógico
3.     aspectos sociales y emocionales
4.     forma de expresión gráfica y artística
Sin embargo, teniendo en cuenta la situación de partida y la importancia que tiene el proyecto educativo en un proceso de recuperación de la Argentina, resulta conveniente referirse a un nivel estratégico más general y amplio que el que resulta de la enumeración de los objetivos mencionados antes, teniendo especialmente en cuenta la experiencia vivida.
En ese sentido, resulta oportuno volver sobre el pensamiento de Piaget que constituye un completo programa de acción para el desarrollo y la superación, mediante la educación:
ü  La principal meta de la educación es crear hombres capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente de repetir lo que han hecho otras generaciones: hombres creadores, inventores y descubridores.
ü  La segunda meta de la educación es formar mentes que puedan ser críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece. El peligro de hoy son las consignas, las opiniones colectivas, las corrientes de pensamiento hechas a medida. Debemos estar en condiciones de resistir individualmente, de criticar, de distinguir entre lo probado y lo que no ha sido comprobado. Por ello necesitamos alumnos activos que puedan aprender pronto a descubrir por sí mismos, en parte por medio de materiales que les proporcionamos; que   aprendan pronto a determinar qué es verificable y qué es simplemente lo primero que se le viene a la mente.
Las metas que plantea Piaget toman en cuenta tanto los aspectos personales de desarrollo humano como las cuestiones sociales de interacción que son afluentes de la calidad política de una sociedad.

¿Estadística puede hacerlo?

La pregunta entonces es: ¿existe algún pensamiento capaz de atravesar como un hilo conductor los objetivos enumerados más arriba, dándoles toda una unidad conceptual?
¿Cuál es el denominador común de las distintas actividades y formas de conocimiento y razonamiento?
¿Cuál es el instrumento de pensamiento novedoso, que de manera sorprendente se desarrolló y difundió a partir del siglo pasado y que hace alrededor de 4 décadas dio un giro espectacular, adoptando un nuevo paradigma?
Ese instrumento tiene el nombre poco “angelado” de ESTADÍSTICA. Y tal vez esa marca sea la causa de la poca y mala prensa que tiene.
Una definición insignificante, que responde plenamente al viejo paradigma en retirada, “orientado a las técnicas” dice que es “la ciencia que se ocupa de la recopilación, clasificación, análisis e interpretación de hechos numéricos o datos y que, por el uso de las teorías matemáticas de la probabilidad, impone orden y regularidad en agregados de elementos más o menos dispares".

Hora de grandes cambios

La Estadística ha estado sometida a discusión en los últimos años, como consecuencia del proceso de cambio de paradigma en curso.
Esos cambios descubren la naturaleza profunda de la Estadística, oculta durante largo tiempo por las dificultades y limitaciones del cálculo, la memoria y las comunicaciones, y revelada hoy por las nuevas herramientas tecnológicas.
La nueva experiencia de poder trabajar literalmente en contacto con los datos, hizo que hacia finales del siglo, se comenzara a prestar atención a:
·       el problema de la numeracy o alfabetismo numérico (valga la expresión)
·       y el de la enseñanza de la estadística
Esos dos temas, nos ponen frente al pronóstico que formulo S. Wilks en 1950, siguiendo el hilo de pensamiento anticipado por H.G. Wells en 1911:
Llegará el día en que el saber estadístico será tan importante para el ejercicio de la ciudadanía como leer y escribir
En la nueva constelación, los datos han dejado de ser elementos rápidamente esfumados en el seno de los modelos, para mantenerse en el centro de la escena, en un giro copernicano. El lenguaje, por obra de esa prevalencia de los datos, adquiere un rol de enorme importancia. Y todo gira motorizado por el poder de las TIC, que permiten desde visualizaciones insospechadas de los datos hasta formulaciones experimentales de la inferencia.

Más allá de los números

La cuestión de la estadística en la enseñanza no es hoy una cuestión solamente epistemológica, metodológica, sino ética y ontológica, que se replantea qué enseñar, cómo y a quienes.
¿Es acaso la alfabetización un saber especializado, accesible solo para algunos con determinada educación, ocupación, intereses o inclinaciones?
Una respuesta afirmativa, conduce inevitablemente a una sociedad estratificada, donde algunos califican por alguna de las razones mencionadas u otras que se puedan imaginar, mientras el resto, mayoritario como en toda situación elitista, permanecerá al margen, segregado de participar en los procesos reflexivos y en los debates en los que cada uno argumenta en favor de su posición, con la finalidad de alcanzar el consenso sobre las acciones a seguir como grupo o sociedad.
Ese razonamiento apoyado en el principio de inclusión social, condujo en su momento a proclamar la educación como principio universal. Saber leer y escribir era el pasaporte para el nuevo mundo de la sociedad democrática.
Porque no se trata de otra cosa, que de la lectura y la escritura. Con sentido amplio, pero, básicamente, lo mismo que adquirimos en la escuela primaria. Que desde Sarmiento fue para todos.

Otras miradas

Ahora hay que leer los nuevos lenguajes, que proliferan en esta edad llamada de la información, y reordenan los términos.
A tono con lo mencionado, siguen algunas definiciones informales de estadística, proporcionadas por varios estadísticos de renombre:
  • 1.     La ciencia del aprendizaje a partir de (o dar sentido a) Datos (J. Kettenring).
  • 2.     La teoría y los métodos de extracción de información de datos de observación para la resolución de problemas del mundo real (C. R. Rao).
  • 3.     La ciencia de la incertidumbre (D. J. Hand).
  • 4.     La ciencia interdisciplinar por excelencia (S. McNulty).
  • 5.      El arte de contar una historia con datos (L. Gaines).

Cada una de estas definiciones pone el acento sobre una dimensión de un concepto claramente polisémico.
 En 1 se privilegia la importancia de la experiencia (datos) en la adquisición del conocimiento de la realidad.
En 2, se destaca la importancia central de la información, en el tratamiento de problemas, del mundo real.
En 3, se identifican como objeto de la indagatoria, las manifestaciones del azar expresadas como incertidumbre, lo cual destaca su importancia en una sociedad que se identifica como sociedad del riesgo.
En 4, nos colocamos frente a un enfoque basado en los datos, que está presente en todos los campos que se proponen la validación de la experiencia.
En 5, los datos, de la mano de la estadística, participan de un lenguaje enriquecido con símbolos, iconos, gráficos, con el cual se tejen historias que los reincorporan a las dimensiones personales y sociales, en las que manifiestan los problemas y la incertidumbre señalados antes, interpretándolos a la luz del aprendizaje derivado de ellos.   
Los datos constituyen el tejido conectivo de la cultura, sobre la base de las redes que la tecnología ofrece como soporte.
La cuestión de la enseñanza de la estadística es hoy una cuestión abierta, que se replantea qué enseñar, cómo y a quienes.
Es importante desarrollar un marco moral en la educación, porque son muchos los pensadores que señalan que el avance de las nuevas tecnologías no solamente no ha solucionado los problemas fundamentales de la vida humana, sino que además ha provocado una profunda decepción.(Koestler 1959)
Anna Arendt, en la Condición Humana,(Arendt 1998) argumentó que el ingeniero o cualquier fabricante de cosas materiales, no es maestro de su propia casa; la política, situada sobre el trabajo físico, tiene que proporcionar la orientación.

¿Puede la Estadística articular un proceso a lo largo de los distintos niveles?

El mayor desafío es determinar cuándo es posible comenzar a manejar conceptos y operaciones estadísticas. Inmediatamente es necesario confirmar si la plasticidad de la Estadística, le permite acompañar las diferentes etapas de desarrollo.
En ese sentido, la epistemología genética (Piaget) proporciona las claves para responder ambas exigencias. En la estadística, como en la física, conviven lo real y concreto con lo simbólico y abstracto. 
Se debe tener en cuenta que la Estadística “como ciencia de los datos”, se refiere a objetos concretos, que se pueden manejar en la etapa llamada de preparación y organización de las operaciones concretas (se refieren a la realidad en sí misma y objetos tangibles que pueden ser manipulados y sometidos a experiencias). Esto significa que durante la escuela primaria (y aún antes) es posible ordenar, agrupar y clasificar datos estadísticos para confeccionar tablas de fenómenos estadísticos de una variable.
Esas agrupaciones se reflejarán también en forma concreta, tanto espacial como gráficamente.
Asegurado el acceso al mundo estadístico, desde muy temprano en el desarrollo, los pasos siguientes se irán regulando, según maduren las capacidades.
La otra idea central es la aleatoriedad, la incertidumbre, las probabilidades. En forma muy breve, y en línea con lo visto anteriormente, digamos solamente que hay indicios de que antes de los 7 años los niños ya identifican situaciones de mayor o menor probabilidad(Fischbein). Es un concepto que se deberá ir desarrollando a lo largo de las edades.

La clave siempre son los datos

El vínculo creado en las primeras etapas con los datos, deberá conservarse a lo largo del curso del aprendizaje, hasta los niveles más alto.
Los datos son el objeto mismo de la estadística. Las formulas y los modelos, giran en torno a los datos.
Eso nos lleva a que la enseñanza de la estadística debe ser distribuida. No debe ser acotada a una asignatura (matemáticas), que pondrá énfasis en sus aspectos simbólicos y abstractos.
Si queremos que ese saber constituya un eje cultural, es menester que todas las asignaturas participen en su aprendizaje. De esa manera se facilitará la creación de vínculos intelectuales, mediante las preferencias por los campos natural, o social, literario o artístico, además del matemático. Los diversos datos, los procedimientos de resumen,   representación y comunicación, serán los aglutinantes que vincularan a los estudiantes con alguna forma de la Estadística.
Si queremos que todos los alumnos califiquen alto en estadística, ningún profesor deberá permanecer ajeno a una dimensión central de nuestra sociedad.
Los profesores pueden encontrar gran ayuda en las redes sociales. Google, Wikipedia, YouTube, Amazon, Alpha, cambian radicalmente las relaciones con y el acceso a la información y a los recursos de cálculo y de representación.
El Sistema Estadístico deberá contribuir a la educación estadística, ofreciendo datos reales en formato accesible, en tablas, gráficos y mapas, herramientas digitales, foros de consulta y discusión y cursos.

Una política basada en la evidencia

EL camino señalado ayudará a que el acceso al mundo del trabajo sea más fluido.
¿Qué pasara con la ciudadanía y la política? Cabe esperar que el mismo proceso paulatinamente se refleje en las conductas ciudadanas y en las prácticas políticas.
La política, como actividad humana y social, tiene como fines esenciales promover y concretar el bienestar de todos los grupos sociales.
La evaluación permanente de la política es una actividad fundamental, sobre todo si se tiene en cuenta la solemnidad de los fines que pretende alcanzar.
Sin desconocer la vasta complejidad de la política, el conocimiento científico puede aportarle herramientas cruciales al disminuir la incertidumbre acerca de sus posibles resultados y una Política Basada en la Evidencia puede robustecer las posibilidades de promover y concretar el bienestar.
Pero la contribución más innovadora que puede producir una “cultura de los datos” es el impulso que la evidencia puede producir en los cambios de un sistema de discusión basado en la retórica tradicional, bajo el fuego constante de las falacias y una marcada incapacidad en consecuencia para encontrar criterios de validación de posiciones.
El método científico, del cual la estadística es el alma, con sus sistemas de verificación y juicios de pares, es, hasta ahora, la mejor herramienta para custodiar la verdad. (Bronowski)

Una ciudadanía crítica e informada, será sin duda, un valioso aporte a la política,  para “ser modernos”, parafraseando a Latour. 

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