El texto siguiente fue escrito por Humberto Maturana y firmado por los Premios Nacionales de Ciencias de Chile, hace más de 20 años. Creo firmemente que deberíamos pensar de esa forma en Argentina 2011, poniendo Argentina, donde dice Chile y argentinos donde dice chilenos.:
INVITACIÓN A CHILE
Chile es nuestro mundo y será lo que nosotros hagamos de él, no tenemos otro.
Pero ¿qué Chile queremos?
Nuestros actos nos revelan. Si todos queremos vivir realmente en una sociedad democrática, nuestros actos cotidianos la construirán y Chile será una sociedad democrática. Si no lo hacemos así, la defensa de nuestras ideologías, de nuestras posiciones filosóficas o religiosas, nos cegará y nos llevará inevitablemente a conductas que validan el autoritarismo y la dictadura. El mundo en que vivimos es siempre y en todo momento responsabilidad de nosotros.
La convivencia social se funda y se constituye en la aceptación, respeto y confianza mutuos, creando así un mundo común. Y en esa aceptación, respeto y confianza mutuos se constituye la libertad social. Esto es así porque la constitución biológica humana es la de un ser que vive en el cooperar y compartir, de modo que la pérdida de la convivencia social trae consigo enfermedad y sufrimiento.
La enfermedad de Chile es el miedo a no tener capacidad de convivencia social.
Es este miedo lo que nos lleva a la negación del otro, a la intolerancia, a la desconfianza, a la falta de reflexión, y a la aceptación del uso de la autoridad en vez de la conversación y el acuerdo como modos de convivencia. Esa enfermedad da por resultado el autoritarismo que surge en cada uno de nosotros con la pérdida de la confianza en nuestra capacidad de convivencia democrática, o la obediencia y sumisión a un designio impuesto y ajeno a la acción de nuestra reflexión.
Nosotros queremos participar en la tarea cotidiana de hacer de Chile una sociedad democrática y recuperar así la libertad social. Es decir, queremos participar en el proyecto común de hacer de Chile una sociedad donde el abuso y la pobreza sean errores de convivencia que hay que reconocer y corregir, y que se pueden reconocer y corregir sin perder la libertad social.
Las acciones que constituyen una sociedad democrática no son la lucha por el poder ni la búsqueda de una hegemonía ideológica, sino la cooperación que continuamente crea una comunidad donde los gobernantes acepten ser criticados y eventualmente cambiados cuando sus conductas se alejan del proyecto democrático con que fueron elegidos. De aquí nuestra responsabilidad como chilenos; la historia social de Chile la hacemos los chilenos.
Esta es una invitación a que nos unamos, antes que nada, en el proyecto común de hacer de Chile una sociedad en la que las distintas perspectivas políticas sean sólo distintas miradas en la cooperación por la creación cotidiana de una sociedad capaz de corregir el abuso y la pobreza. Una invitación a que ese propósito común sea lo que guíe nuestra convivencia; no la sospecha, el miedo o las ansias autoritarias de nadie.
En los meses próximos se desencadenarán acontecimientos decisivos para el futuro de la nación, lo que representa una oportunidad para que los chilenos ejerzamos el respeto mutuo, la confianza, la conversación y la cooperación en la común causa democrática, más allá de las opciones ideológicas o políticas de cada uno. Lo importante no está allí, sino en nuestra decisión de crear desde ahora un Chile democrático.
En suma, invitamos a declarar, públicamente, que nuestro propósito político a perpetuidad, como chilenos, es colaborar desde todas las perspectivas ideológicas en la tarea cotidiana de hacer de Chile una comunidad humana democrática. Invitamos a comprometernos a que ninguno de nosotros intentará apropiarse de la verdad política en la instalación de una dictadura ideológica, económica o religiosa.
Compatriotas, este es el momento en que tenemos que actuar. No tengamos miedo; si lo queremos, podemos ahora incorporar la sensatez a la vida nacional y recuperar la dignidad de chilenos.
Emociones y lenguaje en educación y política. Ed. Dolmen