Los políticos son casi tan buenos como los vendedores en hacer que la gente exagere la importancia de las cuestiones sobre las que se centra su atención. Le pueden hacer creer a la gente que los uniformes escolares mejoran de manera significativa los resultados educativos, o que la reforma sanitaria va a cambiar enormemente la calidad de vida en los Estados Unidos - ya sea para bien o para mal. La reforma de salud hará una diferencia, pero la diferencia será menor de lo que parece cuando se centra la atención en ella.