El discurso completo cuando recibió el Premio Nobel en 1982
Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra
respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni
los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos
y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre
la muerte.