Una Estadística Post normal.
De cerca, nadie es normal. (G. Veloso)
La Estadística aparece
siempre vinculada a la idea de normalidad, que se refleja en el orden simétrico
y acampanado de la curva de Gauss.
Esa hegemonía conceptual del
modelo gaussiano ya fue desafiada por varias vías, desde fines del siglo pasado.
Las sistemáticas asimetrías del universo paretiano en la economía, el giro
copernicano impulsado por el método de Montecarlo y el análisis exploratorio de
datos, abrieron las puertas a un nuevo paradigma metodológico, centrado en los
datos.
Esa interpretación endogámica
de "post normalidad" ya ocurrió y lentamente se va convirtiendo en la
estadística normal, en el sentido de Kuhn. Es la estadística que "hacen la
mayoría de los estadísticos, la mayor parte del tiempo".
Una "estadística ampliada"
La estadística post normal a
la que nos referimos en esta nota va mas allá. Es un nuevo corrimiento
paradigmático, que parte fundamentalmente de la emergencia de una “estadística
ampliada”, donde se incluyen las articulaciones sociales entre usuarios,
productores e informantes, las tensiones entre los valores comprometidos y las
formas de decisión colectivas, propias de sociedades democráticas.
Ese corrimiento es paralelo
a la ciencia “post normal”, en el sentido de Funtowicz y Ravetz. Esa ciencia
que se aleja del modelo cartesiano tiene el eco del trabajo seminal sobre la
ciencia moderna realizado por Kuhn. Para él, la "ciencia normal" hace
referencia al modo habitual de resolver enigmas, rutina a través de la cual la
ciencia avanza firmemente entre sus revoluciones conceptuales.
El medio ambiente y el campo
de las decisiones políticas han planteado una nueva clase de problemas desafiantes,
caracterizados por «factores que son inciertos, valores en disputa, riesgos
altos y decisiones urgentes». Un espectáculo
estrepitoso, distante de la calma, casi litúrgica, del laboratorio.
Entre todos los componentes
de esta visión, la diversidad de legitimas perspectivas que se manifiestan
frente a los mismos problemas, es tal vez el rasgo sobresaliente del clima
social.
Las cuestiones del medio
ambiente: cambio climático, calentamiento global, efecto invernadero, polución ambiental,
son ejemplos claros del tipo de desafíos que debe enfrentar la ciencia post
normal.
Este cambio “en progreso”
nos da la esperanza de que los gigantescos problemas que aquejan a nuestro
país, puedan ser abordados con herramientas adecuadas desde el punto de vista
del conocimiento disponible y acordes con el proceso democrático de toma de
decisiones.
¿Que habría que hacer?
Poner en práctica este nuevo
paradigma requiere un esfuerzo sostenido y un programa de acción consciente.
Se necesitan un INDEC que no
se reduzca a una tecnocracia eficiente, una clase política con capacidad de
análisis y de comunicación y una sociedad dispuesta a interpretar y decidir con
criterio informado.
No es un plan para 2 ni 5 años:
es un proyecto para 30 a 50 años.
El programa a desarrollar
incluye instituciones, planes de estudio, regulaciones profesionales,
participación social activa, amplia difusión de la información. Todas ellas acciones
sostenidas por un cambio de actitudes, cultural, que privilegie la evidencia,
socialmente convalidada, por encima de ideologías, dogmas o prejuicios.
Por ejemplo, el INDEC debe
tener como objetivo la producción de datos con un nivel de calidad certificado.
El concepto de calidad de la "estadística ampliada" debe incluir no
solo precisión y validez, sino también relevancia y oportunidad.
Mientras la precisión y la
validez, tienen que ver con la eficiencia y están vinculadas a los procesos
internos del sistema estadístico, la eficacia se sostiene en la relevancia y
oportunidad de los datos. La eficacia será apreciada por los dueños del
problema sustancial. Por ese motivo, el servicio estadístico nacional debe incluir
las voces de usuarios - públicos y privados-, y de informantes en su estructura
orgánica y funcional.
La forma institucional del
régimen estadístico debe ser propicia para el desarrollo de metodologías de
trabajo "abiertas" en los principales aspectos que condicionan el
"pedigree" de los datos: definiciones y estándares, recolección de
datos y análisis, cultura institucional y auditoria y control.
Hoy estamos en presencia de
una diversidad de fuentes que no dialogan entre sí. Eso debe terminar. No la
diversidad, que es una característica valiosa, sino el aislamiento y la falta
de dialogo.
Reporte de daños
La ficción estadística
inaugurada en 2007, ha dejado brechas abismales entre la realidad y el relato.
Todos los meses recibimos el
índice del Congreso y el Índice del INDEC. ¿Cómo resolver el dilema que se
plantea? La tasa anual de variación de los precios ha sido, en junio del 21,9%
para el INDEC y del 39,91% para el Congreso. ¡Una diferencia del 82%! Dos
poderes del mismo gobierno se contradicen sin ruborizarse.
El crecimiento del PBI se ha
exhibido con orgullo durante la primera década del siglo, convirtiéndolo en
emblema de una sociedad en camino acelerado hacia la felicidad. Sin embargo hay
otras opiniones también en este aspecto.
Aplicando la misma
metodología que se usó durante 25 años, a partir del momento de la intervención
del Gobierno en el INDEC, se advierte que el crecimiento acumulado en el
período 2007-2012 fue de 15,9% (un 3% de tasa anual de suba del PBI), "lo
que marca una desaceleración muy notable con relación al 47% de crecimiento de
2002-2007 (con un nivel anual de incremento del 8,5%). En la versión del INDEC,
la suba en esta segunda fase fue del 30% (5,3% anual). Y ese índice aparente se
usó para aumentar el pago de la deuda...
Mientras tanto, la que no
cede es la desigualdad, que se ha mantenido bien alta, con un coeficiente de
GINI superior al 40%. A pesar de los
discursos, la concentración resiste exitosamente.
La pobreza, la forma más
visible de la desigualdad, también recibe miradas divergentes. Mientras el
Gobierno dejo de informar el Índice de Pobreza, ex-técnicos del Instituto
Nacional de Estadística y Censos (INDEC) elaboraron un informe en el que
revelan que la pobreza en
Argentina llega al 36,5% (15,4 millones de argentinos). El Observatorio de la
Deuda Social presenta un cálculo que se ubica entre el 25,6% y el 27,5%.
Todos por encima de los registros observados durante la convertibilidad. Hay
poco para festejar en ese rubro.
También se argumenta que
nunca fue mayor el presupuesto destinado a la educación, que en la actualidad
no puede ser inferior al 6 por ciento del PBI, de acuerdo con la Ley de
Financiamiento Educativo (Ley N° 26.075 promulgada en 2006) y según cifras
oficiales hoy se destina el 6,5 por ciento del PBI al sector.
Pero al mismo tiempo los
resultados PISA nos muestran en el fondo de la lista. En 2012 el país se ubicó
en el puesto 59 entre 65 naciones, cayendo una posición con respecto al 2009.
En materia de equidad, se
puede ver que Argentina disminuyó considerablemente la desigualdad entre 2006 y
2012, pero para ello no sólo mejoró el rendimiento de los de abajo -que pasaron
de 249 puntos en 2006 a 292 en 2012-, sino
que también empeoró el de los de arriba -que descendieron de 508 a 488. Es decir que igualamos hacia abajo. En
consecuencia hoy las empresas ya tienen dificultades para conseguir personal
calificado. Y los NI-NI son una parte de la pobreza transgeneracional que se ha
instalado como una realidad, triste y difícil.
"Brasil está mejor
preparado para entender el desempeño del sistema porque tiene múltiples
evaluaciones a lo largo de la escuela. Hay una década de datos de evaluación.
Entonces, ellos pueden identificar a qué sectores y escuelas les va bien y a
cuales les va mal. En Argentina no existe un sistema de evaluación semejante. Lo
más parecido son los ONE (Operativo Nacional de Evaluación), que realiza el Ministerio
de Educación cada tres años y cuyos resultados se publican varios años después".
El empleo presenta también
alarmantes características, que no son medidas con la debida seriedad. La
desocupación del 7,1 y la subocupación con el 7,8 forman el núcleo duro de casi
un 15% de la PEA sin empleo o con empleo insuficiente. Pero esa cifra está bajo
el efecto de los planes sociales, que es difícil de aislar. Hay gente que no
quiere empleo en blanco para no perder los planes sociales. Y otros aparecen
ocupados en cooperativas, que son un medio para percibir planes sociales.
El empleo en negro alcanza
al 44% de los trabajadores, que quedan fuera de la protección legal. Estando
fuera del sistema, sus remuneraciones son arbitrarias y la inestabilidad es muy
grande. En resumen, más del 60% del trabajo en Argentina está fuera del régimen
legal y excluido de la seguridad social, sufirendo diversos grados de otros problemas.
Los ejemplos mencionados
ponen de relieve la complejidad de la crisis que debemos enfrentar. Un sistema
de información desquiciado y anárquico, actores políticos que esgrimen los datos
como primitivas armas arrojadizas y recitan un discurso plagado de
"palabras como puños", una lamentable situación social donde la
pobreza y la desigualdad corroen las bases de la convivencia y una escuela que
ofrece cada vez menos oportunidades de desarrollo personal, de inclusión y de
participación.
Camino adelante
Es necesario emprender un camino de
transformación en cuyo recorrido la "estadística post normal"
constituye una herramienta insustituible y una pieza necesaria, junto con la
política basada en la evidencia, en la marcha de una sociedad comprometida con
la mejora continua de su condición y el desarrollo humano de la población.
BUENOS
AIRES, julio 26 de 2014.
Dr.Hugo Oscar Ambrosi
GEPE - CPA