Me gusta imaginarme que estamos conversando, frente a una mesa en un cafe amable.
Hacepoco más de un mes que nos separamos, cada uno rumbo a sus propios
planes estivales. Deseo que los tuyos personales, como los míos,hayan
transcurrido sin tropiezos.
la muerte, cada muerte, no es posible naturalizarla. El crimen, el
asesinato de un fiscal, protagonista de una seria denuncia, en una torre
aparentemente muy segura, con custodia de la policía Federal, no puede
pasar como un hecho más.
estar de acuerdo o no en muchas cosas. Pero para convivir, para
compartir un suelo, una bandera y una constitución, tenemos que cultivar
ciertos valores básicos.
desacuerdo, para aliarnos o competir, tenemos que estar vivos. La vida
es el cimiento que soporta todo lo demás.
está garantizada, porque los delincuentes andan sueltos, la sociedad
pierde sentido. ¿Para que estar juntos, si no sabemos cuidarnos?
quiero sentirme solo entre la gente. Y es lo que me pasa viviendo lo
que pasa. Es como si mirara para todos lados y solo viera sombras
espectrales moviéndose no sé porque razones.
compañía, la pertenencia, el encuentro. Necesito sentir que al otro, que
a vos, también te preocupa y te ocupa que sigamos adelante. Que
rechazas este ignominioso estado de cosas, la vulgaridad guaranga que
pretende coparnos, este aletargamiento en el que parecemos hundirnos,
viendo desaparecer en el horizonte el país que pudimos ser, frente a la
distópica realidad que nos envuelve.
estado de cosas intolerable, debe ser interrumpido. Es el derecho a la
rebelión. El momento revolucionario. No tiene porque ser violento. Es
una experiencia intima, de cada uno. Una vivencia del alma.
que el cambio empiece, y se sostenga en el tiempo, y abra nuevas vías
para nuestras vidas, es necesario una convicción firme y una voluntad
templada.
deslumbrado hasta ahora y volver a las cosas, los hechos, los gestos mas
simples.
razas encierra, con su multiculturalidad sostenida a lo largo de más de
un siglo y con esa fuerza, actualizar nuestro pacto constitucional de
convivencia,"para nosotros y para todos los hombres del mundo".
eso me alegra poder hablar con vos, Me alegra que estés del otro lado
de la mesa, mientras entra el sol por la ventana. El sol entra y nos
ilumina. Con su luz podemos trabajar, estudiar y gozar de las maravillas
de la naturaleza. Que su luz tambien nos permita ver el camino, solo el
camino de cada día. Basta de mercaderes de ilusiones que prometen
horizontes y le adosan al hermoso nombre de Argentina, adjetivos
grandilocuentes que no necesita.