Historia
El 29 de enero de
2007 marca un momento de singular interés en nuestra historia política. Ese
día culminó un proceso que, de manera silenciosa y oscura, fue atravesando la historia. En él se expresaban las incomodidades que le producían al poder político
los datos de la realidad.
Las estadísticas llamaban la atención sobre problemas o
contradecían ciertas proclamas exitosas.
Basta señalar la
larga resistencia del Senado a renovar los resultados del Censo de 1914 y
los reiterados intentos de modificar resultados estadísticos desfavorables,
tanto en gobiernos militares como constitucionales.
Mientras tanto, durante el siglo XX, que algunos identifican
como el Siglo de la Estadística, se produjo, en el mundo, un desarrollo prodigioso de esta disciplina, primero
en brazos del paradigma matemático y, posteriormente, en la segunda mitad del
siglo, mediante el aprovechamiento del poder de cálculo, de almacenamiento,
comunicación y visualización que le ofreció, en sus diversas etapas de
desarrollo, la revolución digital.
Tan veloces han sido los cambios y tan profundos, que no es
de extrañar que sus efectos se hayan expandido de manera muy desigual.
El episodio de comienzos de 2007 excedió todos los limites
conocidos, y adquirió la jerarquía de caso único entre países con un gobierno
constitucional y democrático.
Frente a los daños ocasionados la solución que se adopte no solamente debe ser reparadora, sino que
también debe ser resistente a la reiteración de los atentados que se han producido,
a lo largo del tiempo, con grados diversos de gravedad.
Interrogantes y propuestas
Es necesario reconocer
el significado y la posición social que ocupa el conocimiento estadístico en la
actualidad.
La sociedad actual,
es una sociedad del riesgo. Las rápidas transformaciones, las tecnologías y
su renovación, impactan sobre las costumbres y las condiciones de vida. Y
frente a esa incertidumbre creciente, la
información es una herramienta necesaria a la hora de prever y de prevenir.
Por otro lado, sociedades habituadas a observarse cada 10
años, mediante los Censos periódicos, han visto multiplicarse las fuentes de
datos, basadas en registros y en encuestas por muestreo, que revelan, casi en
tiempo real, las condiciones económicas y sociales, y sus cambios se convierten
en motivo de interés y debate político. En ese aspecto, el gran cambio ha sido el pasaje de la escasez a la abundancia de
datos.[1]
Nuevas tecnologías
El poder de las nuevas
tecnologías[2]
ha debilitado el tradicional monopolio del Estado, sobre la información
socioeconómica. La “información es
poder” y por lo tanto se debe cuidar que su posesión, no sea la base de ventajas
y asimetrías. El derecho a la información, no es un derecho burocrático
sino es la llave para una efectiva pertenencia y participación ciudadana.
Una sociedad que se mueva en los términos de los avances que
la civilización ofrece, está sujeta a profundos movimientos en su interior, que
afectan a estructuras y lazos que han sido tradicionalmente parte de su “arquitectura
organizativa”, género, lazos familiares, educación y trabajo, entre otras.
Podemos observar permanentemente cambios en todas esas
relaciones en crisis, que han sido parte de una amalgama social, hoy en
transformación.
Educación
Hoy la educación debate
cómo seguir el ritmo de los cambios y atender requerimientos no muy definidos,
que deberán enfrentar los estudiantes de hoy, cuando se incorporen a la vida
activa. Como hipótesis, sería oportuno
reflexionar, si el conocimiento estadístico, entendido como el método para
aprender de la experiencia e interpretar los datos con sentido crítico, no constituye
una capacidad altamente deseable en los ciudadanos y que, en consecuencia,
su aprendizaje debería incorporarse a todos los niveles de enseñanza.
Trabajo
Por otro lado, el
trabajo ya no es lo que solía ser. Es difícil verlo como articulador de la
existencia adulta, cuando se ha perdido en buena parte la seguridad que ofrecía
antaño, participando de una dinámica donde el riesgo se ha distribuido de
manera desfavorable para el trabajador. ¿Las
herramientas estadísticas, además de ayudarlo a interpretar la realidad, serán
una competencia importante en las ocupaciones del futuro próximo?
La educación y el trabajo
Demandan de manera
bastante clara un sujeto que esté en condiciones de aprovechar mejor la
información y de ponderar el riesgo que acompaña a las decisiones que debe
tomar, con mucha mayor frecuencia que antes. Pero esos riegos no pueden ser insoportables.
Los individuos deben contar con que la sociedad es solidaria. ¿Cómo se puede
hacer?
Política
Llegamos en este punto a preguntarnos sobre cómo influye los
procesos mencionados en la forma de tomar decisiones y de gobernarnos. ¿Cómo
impacta la abundancia de información en el debate político? ¿Son suficientes
los modos de discusión tradicionales para esta época? ¿Cómo incorporar el modo
científico de razonar y debatir, en los procesos de decisión política? ¿Cómo
armonizar los valores que entran en juego en esos procesos de decisión?[3]
Sistema de Información
El Sistema de Información Estadística debe tener en cuenta
los planteos anteriores en el proceso de diseño que se abre ante nosotros.
Si quisiéramos elegir algunas pocas cualidades, que fueran
determinantes en el nuevo sistema de información estadística nacional, deberían
colocarse en primer lugar:
·
que esté orientado
a la demanda,
·
equilibrado
en términos de centralización y descentralización,
·
con
controles adecuados y oportunos que lo hagan confiable,
·
altamente
profesionalizado y con capacidad para atender la demanda,
·
ser una
referencia altamente competente como base de su autoridad, y
·
participar
en forma destacada en el proceso de educación estadística, en todos los
niveles, que se desarrolle en el país