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24 mayo 2022

¡NO SABEN CONTAR... Y PRETENDEN GOBERNAR!!!

Notas al Censo de Población 2022 

 Hugo Oscar Ambrosi
 Doctor en Estadística
 Autor de “LA REPUBLICA DE LOS DATOS” 

 ¡El censo 2022 ha fracasado! 

 La gigantesca operación mediante la cual la sociedad se observa y reconoce, no ha sido ejecutada con el debido rigor y en lugar de darnos algunas certezas ha destruido la confianza pública. La confianza es el valor esencial de la información ya que sin ella es imposible fijar las bases para un sendero basado en la evidencia. Es necesario controlar los daños. Para ello debemos encontrar las razones por las cuales se produjo el fracaso. Claramente el Gobierno, a través del Ejecutivo y del Congreso, es el gran responsable del fracaso. Es necesario señalar los causantes del desastre. 

Los políticos 

 Los políticos se han caracterizado, durante décadas, por una actitud que, en forma benevolente, se podría calificar como indiferente, pero, si nos ponemos realmente más estrictos, deberíamos reconocer que son enemigos de la buena información estadística. Después del 3er. Censo, entre los años 1914 y1947 se despliega una “época adversa”: los legisladores, se empeñaron en impedir la realización de un censo que fue propuesto varias veces a lo largo de los años, porque no querían modificar sus representaciones provinciales En los 33 años siguientes transcurre un “periodo confuso”, durante el cual se llevan a cabo los censos de 1960 y 1970. El primero, tuvo dudosa cobertura y tardío procesamiento. El segundo, fue una muestra de improvisación e imprudencia al seleccionar los recursos técnicos. Podemos llamarlo el tiempo de “la penuria y el salto al vacío” Llegado 1980 el censo se aborda, por primera vez, con fuerte impronta estadística, que pondera todos los errores, no solo el error del censo por muestreo (que se aplica por primera vez), sino empezando por el cuestionario cuyas preguntas se sometieron a una exigente selección, tanto en el cuestionario básico estrictamente mínimo, como en el ampliado, sobre temas de claro interés general. Una cuidadosa capacitación y un prolijo control del trabajo de relevamiento, fueron la base del éxito y de un procesamiento rápido de los resultados. La ley 22847 aprueba los resultados del Censo para su aplicación en la conformación de la Cámara de Diputados. Pero por fuera del mandato constitucional se crearon cargos que vulneraban la igual representación ciudadana. Esa aberración no ha merecido ninguna reacción de la clase política, en el sentido de volver al orden constitucional desde el retorno a la democracia. Los censos se han hecho como un ritual sin consecuencia a los efectos constitucionales. Es decir que, durante más de un siglo, ha sido constante la desatención política sobre la cuenta mayor de la República. 

La ley de Estadística 

Con la sanción de la ley 17622, a partir de 1970 la situación se ve agravada por el surgimiento de una burocracia técnico administrativa autónoma en el sistema estadístico, especialmente en el INDEC que, además de llevar al fracaso absoluto el Censo de 1970, se mostró incapaz de organizar y de proponer un Plan estadístico a los políticos para, atender las necesidades del país, en los distintos aspectos de la vida social. La ley bajo la cual se realizan el censo es la 17622. Fue dictada durante el gobierno militar de entonces, estrictamente autoritario y centralista, lo que se refleja en una ley netamente tecnocrática que aleja la información del debate político (interrumpido entonces) y no considera la inserción del sistema estadístico en el sistema político. La ley 17622 es una parte residual de un sistema obsoleto que no han sido capaces de cambiar ninguna de las fuerzas políticas en el poder desde la vuelta de la democracia. Existió una gran oportunidad en el 2016, pero simplemente por inercia, por comodidad o por alguna otra razón, se prefirió conservar el régimen de la 17622, que precisamente no se caracteriza ni por su transparencia ni por su eficiencia, ni por su profesionalidad. No existió capacidad para sancionar una ley que pusiera Argentina al día en ese terreno y que la sacara del rincón oscuro en que están las estadísticas hoy en día, conducidas desde un organismo de tercer nivel dentro del Ministerio de Economía. 

Los medios de prensa 

Los medios de prensa han demostrado una supina ignorancia de las cuestiones básicas de estadística. Eso se hizo especialmente notorio durante la pandemia, cuando se notaba la confusión y la falta de espíritu crítico y de criterios. Alejados de un análisis inteligente, aceptaron y toleraron una corriente de información plagada de defectos, sobre cuya base se hicieron análisis y se sacaron conclusiones erróneas de lo que pasó durante esas lamentables jornadas. Ahora, cuando escuchamos a esos mismos “analistas” hacer comentarios sobre el censo, produce una enorme tristeza la superficialidad del análisis y la ligereza de las opiniones. Tampoco levantan el pobre nivel de los comentarios, mediante la participación de expertos reales en el tema, gente con experiencia y conocimientos. Es lamentable que olviden la función didáctica de los medios de comunicación 

La sociedad 

Finalmente, la profunda razón para que todo lo anterior ocurra es la tremenda incultura estadística que atraviesa nuestra sociedad. Una escuela fallida que no proporciona los elementos básicos, los medios más rudimentarios, más elementales del razonamiento estadístico, tan necesario en la vida corriente, en las actividades profesionales y, especialmente, para entender lo que pasa en la esfera pública. Esa ignorancia, esa forma actual de analfabetismo, es la causa de la incapacidad para defender su propia intimidad. Incapacidad que llevó a la mitad de la población argentina a aceptar la exigencia impuesta, para llenar el cuestionario digital, de proporcionar sus datos más personales como el DNI, clave para ingresar a cualquier base de datos, y el correo electrónico, canal de acceso a su privacidad. Nadie parece haber pensado en los efectos de ligar su identidad con los datos del censo y las consecuencias que eso pudiera tener. 

Los censistas 

En los días previos a la tremenda crisis del 2001 se desarrolló un fuerte conflicto docente que hizo que estos gremios quitaran su colaboración al censo de población programado para el 17 y 18 de noviembre de 2000, lo que hizo que se los reemplazara por personal contratado. Eso significó una brusca y violenta degradación de la capacidad de operativa para relevar el censo porque la estructura docente proporciona una red jerárquica organizada con nodos de distintos niveles que cubren todo el territorio del país. Debilitada a trama de control, ocurrió lo previsible. Algunos censistas tomaron la tarea tan ligeramente como si fuera una changa, como la ocasión de ganarse unos pesos, en un momento de necesidad laboral y eso los empujaba a aliviar su tarea como fuera. Así, redujeron su carga de trabajo, por ejemplo, recogiendo solamente los códigos del censo digital que les entregaban, pero omitieron relevar los cuestionarios presenciales que fueran necesarios para completar su segmento. 

Conclusión 

Argentina atraviesas una de las etapas más difíciles de su historia. La conducción política y la administración del estado requieren de información relevante, oportuna, confiable y accesible. Lamentablemente el censo fallido es un despilfarro de recursos escasísimos. La primera etapa implico un costo de 14.000 millones de pesos, que puede ascender a más de 20.000 millones al final del proceso y publicación de los resultados. Esos números son concretos. Los beneficios son muy inciertos y difíciles de alcanzar. Es imprescindible abandonar este camino de tropiezos y fracasos, y emprender la construcción de un sistema estadístico moderno, dinámico y participativo, que enerve todo el cuerpo social y mejore el debate público, reemplazando los dogmas y las razones infundadas, por datos y razonamientos basados en la evidencia.

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