Analizando el anuncio de la UNR (Diario Rosario 16/11/2007)sobre la producción de un índice (de naturaleza desconocida, pero de dimensiones múltiples), pienso que es necesario que, mas allá de las lecturas coyunturales que hagamos de algunos hechos, es necesario que tomemos muy en serio los compromisos éticos que nos vinculan profesionalmente. La Universidad tiene su misión, y ojala que pueda cumplirla plenamente. Las instituciones estadísticas tienen la suya y bastante les cuesta llevarlas adelante. No voy a enumerar ahora cuales son las limitaciones que cada uno debe imponerse como forma de respetar el quehacer del otro, pero, sin duda, ese es un tema a debatir. Simplemente quiero decir que cuando un colega se ve impedido de actuar por que lo condicionan negativamente, es muy difícil justificar cualquier ofrecimiento para reemplazarlo, convalidando las reglas de juego.
Otro punto que no debe ser pasado por alto, es el efecto deletéreo de los indices conjeturales, producidos por organizaciones universitarias o consultoras varias, en un concierto inevitablemente disonante y confuso. Nada puede reemplazar la impronta institucional que debe respaldar los valores estadísticos que la sociedad considera válidos para su desempeño. No hay un modelo cientificista que reemplace el debate y el consenso democráticamente elaborado.
