He leído en la prensa que su Gobierno en el
Dto 1854/2016, se refiere a cambios “… en materia de estadísticas públicas, elaboración de propuestas de nuevas
temáticas para la producción estadística, búsqueda de mejoras en la relación
entre las áreas estatales específicas en materia de estadística con los
usuarios de estadísticas en particular y la sociedad en general, asistir al
Ipec (Instituto Provincial de Estadística y Censos) en la elaboración de un
diagnóstico y evaluación de identidad, desarrollo de sitio web específico…”.
Para ello contrata personal, de cuya idoneidad da detalles generales. Preocupados
interrogantes abre esa norma. Si se contrata a alguien para cumplir con las tareas
enumeradas más arriba, ¿Cuál será el rol del Director del Instituto Provincial
de Estadística y Censos?
Si las falencias son tan básicas como: la propia identidad del IPEC, las relaciones
en el Sistema Estadístico Provincial, el programa estadístico. ¿Cómo se evalúa
una gestión que ya lleva 8 años de duración en el IPEC?
No son cuestiones técnicas puntuales para las que se suma un experto. Es toda
una canasta de faltantes políticos que, para satisfacerlos, requieren el
trabajo de un equipo. ¿Se agregará un equipo, ya que los medios del IPEC son
insuficientes?
¿El sistema Estadístico de la provincia será bicéfalo? Por un lado, una Dirección
que no ha podido hacer su trabajo y por otro alguien digitado, que en solitario
se compromete con el pasado, el presente y el futuro de las estadísticas
provinciales.
Le escribo porque encuentro en esta situación ecos de la carta que le
dirigí en marzo ppdo. En dicho texto le mencionaba también que:
El […] eje del proceso estadístico, es la selección de quienes tendrán
a su cargo las funciones especializadas. Desde el comienzo es necesario establecer una estricta
profesionalización, caracterizada por una sólida formación técnica en el marco
de un sistema de controles de la conducta y de la idoneidad práctica de quienes
se desempeñen en los organismos del servicio estadístico. Solamente Santa Fe ha
regulado la práctica de la Estadística, pero su compromiso aislado no ha sido
capaz de evitar el ejercicio ilegal. Yo participé en la redacción del régimen
original adoptado en Santa Fe y podríamos trabajar juntos en mejorarlo.
La organización y administración estadística ha recibido la
atención de países y organizaciones internacionales, lo cual ha dado como
resultado la existencia de métodos y procedimientos reconocidos como adecuados
para el funcionamiento de los sistemas estadísticos en sociedades libres y
democráticas. El requisito común que atraviesa las diversas arquitecturas
posibles es el protagonismo de cuerpos profesionales especialmente preparados y
cuya actividad esté regulada por órganos independientes.
Tuve el honor de dirigir el IPEC durante más de 15 años. En
ese tiempo establecimos bases que, a pesar del tiempo y de las gestiones, todavía
perduran. La legislación todavía vigente, aunque no se aplica plenamente, así
lo refleja. Lo cual no siempre es un elogio, sino una denuncia de falta de
innovación.
Santa Fe disfruta de una privilegiada situación. Cuenta con
la Escuela de Estadística de la UNR y con la carrera de Matemáticas Aplicadas en
la FIQ. Con graduados y alumnos de esas carreras modernizamos el IPEC en las
décadas del 70 y del 80.
Pero lo que pienso es el factor que aún más distingue a
Santa Fe en el concierto de las provincias, es el reconocimiento del carácter profesional
del Estadístico. La Ley 8738 de 1981, regula el ejercicio de la profesión en el
territorio de la provincia. Lamentablemente no ha sido el Gobierno provincial, precisamente
respetuoso de esa norma a lo largo de los años.
Es oportuno traer a la memoria el pensamiento de un mentor
de sus convicciones políticas. El Dr. Juan B. Justo, en su conferencia de 1898 en
“El Ateneo”, dijo algo tan actual como lo siguiente.
“…el coeficiente del progreso histórico, en su carácter complejo de
progreso económico y político, material e intelectual, es el mejoramiento
mensurable de la situación de la clase trabajadora. Digo mensurable, para
excluir de la cuenta las glorias de la patria, las satisfacciones del honor
nacional, el orgullo de ser gobernado por héroes, la esperanza de un porvenir
mejor, otros ítems que suelen pesar demasiado en la apreciación de la marcha de
los negocios públicos, porque tienen el inconveniente de no ser mensurables. No hay que contar sino los cambios que
registra la estadística y pueden ser representados en diagramas: el aumento
de los consumos, el alza de los salarios reales, el aumento del porcentaje de
niños que van a la escuela y de las personas que frecuentan las bibliotecas, la
disminución de la mortalidad y de la criminalidad, el desarrollo societario con
fines de socorro mutuo, de cooperación, etcétera. “
Para terminar, le pido que haga de su gestión, un hito en la
recuperación del prestigio y los méritos de santafesinos que han dejado su marca
en la historia de la estadística nacional. Solamente mencionaré a dos: Gabriel Carrasco,
el épico censista de 1887 y ex Intendente de Rosario y el Profesor Carlos
Dieulefait, Director Nacional de Estadísticas y fundador de la carrera de
Estadística que hoy funciona en la Facultad de Ciencias Económicas y
Estadísticas de la UNR.
En nombre de ellos, y de las vocaciones que encuentran en la
Estadística, razones para sus desvelos, convoque a los profesionales, ofrezca
concursos abiertos y neutrales, proponga a la sociedad que participe en el
diseño y en el programa estadístico, levante en cada municipio una oficina de
Estadística, promueva los cambios curriculares que hagan de la Estadística
efectivamente una herramienta para una ciudadanía activa, convierta a la
Legislatura en la responsable de la aprobación y el control de los planes
estadísticos, proponiendo nuevos desafíos y rindiendo cuentas del trabajo
hecho.
¡Y la Estadística le pagará con creces, llevando la política
a los niveles que aspiraba Justo ya en 1898!
¡POR ESTADISTICAS RELEVANTES, CONFIABLES Y OPORTUNAS!
Dr. Hugo Oscar Ambrosi
hambrosi@gmail.com
Buenos Aires, agosto 3 de 2016