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06 junio 2017

Educación en Argentina

Estado de la discusión  

Se plantea en este momento un debate sobre los contenidos y formato que debería tener un programa de mejoramiento de la educación en la Argentina.
Se enumeran diferentes aspectos que sería necesario tener en cuenta en la formulación de un plan General de educación.
Algunos especialistas mencionan por ejemplo los siguientes aspectos:
1.     manejo del lenguaje lectura y escritura
2.     razonamiento lógico
3.     aspectos sociales y emocionales
4.     forma de expresión gráfica y artística
Sin embargo, teniendo en cuenta la situación de partida y la importancia que tiene el proyecto educativo en un proceso de recuperación de la Argentina, resulta conveniente referirse a un nivel estratégico más general y amplio que el que resulta de la enumeración de los objetivos mencionados antes, teniendo especialmente en cuenta la experiencia vivida.
En ese sentido, resulta oportuno volver sobre el pensamiento de Piaget que constituye un completo programa de acción para el desarrollo y la superación, mediante la educación:
ü  La principal meta de la educación es crear hombres capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente de repetir lo que han hecho otras generaciones: hombres creadores, inventores y descubridores.
ü  La segunda meta de la educación es formar mentes que puedan ser críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece. El peligro de hoy son las consignas, las opiniones colectivas, las corrientes de pensamiento hechas a medida. Debemos estar en condiciones de resistir individualmente, de criticar, de distinguir entre lo probado y lo que no ha sido comprobado. Por ello necesitamos alumnos activos que puedan aprender pronto a descubrir por sí mismos, en parte por medio de materiales que les proporcionamos; que   aprendan pronto a determinar qué es verificable y qué es simplemente lo primero que se le viene a la mente.
Las metas que plantea Piaget toman en cuenta tanto los aspectos personales de desarrollo humano como las cuestiones sociales de interacción que son afluentes de la calidad política de una sociedad.

¿Estadística puede hacerlo?

La pregunta entonces es: ¿existe algún pensamiento capaz de atravesar como un hilo conductor los objetivos enumerados más arriba, dándoles toda una unidad conceptual?
¿Cuál es el denominador común de las distintas actividades y formas de conocimiento y razonamiento?
¿Cuál es el instrumento de pensamiento novedoso, que de manera sorprendente se desarrolló y difundió a partir del siglo pasado y que hace alrededor de 4 décadas dio un giro espectacular, adoptando un nuevo paradigma?
Ese instrumento tiene el nombre poco “angelado” de ESTADÍSTICA. Y tal vez esa marca sea la causa de la poca y mala prensa que tiene.
Una definición insignificante, que responde plenamente al viejo paradigma en retirada, “orientado a las técnicas” dice que es “la ciencia que se ocupa de la recopilación, clasificación, análisis e interpretación de hechos numéricos o datos y que, por el uso de las teorías matemáticas de la probabilidad, impone orden y regularidad en agregados de elementos más o menos dispares".

Hora de grandes cambios

La Estadística ha estado sometida a discusión en los últimos años, como consecuencia del proceso de cambio de paradigma en curso.
Esos cambios descubren la naturaleza profunda de la Estadística, oculta durante largo tiempo por las dificultades y limitaciones del cálculo, la memoria y las comunicaciones, y revelada hoy por las nuevas herramientas tecnológicas.
La nueva experiencia de poder trabajar literalmente en contacto con los datos, hizo que hacia finales del siglo, se comenzara a prestar atención a:
·       el problema de la numeracy o alfabetismo numérico (valga la expresión)
·       y el de la enseñanza de la estadística
Esos dos temas, nos ponen frente al pronóstico que formulo S. Wilks en 1950, siguiendo el hilo de pensamiento anticipado por H.G. Wells en 1911:
Llegará el día en que el saber estadístico será tan importante para el ejercicio de la ciudadanía como leer y escribir
En la nueva constelación, los datos han dejado de ser elementos rápidamente esfumados en el seno de los modelos, para mantenerse en el centro de la escena, en un giro copernicano. El lenguaje, por obra de esa prevalencia de los datos, adquiere un rol de enorme importancia. Y todo gira motorizado por el poder de las TIC, que permiten desde visualizaciones insospechadas de los datos hasta formulaciones experimentales de la inferencia.

Más allá de los números

La cuestión de la estadística en la enseñanza no es hoy una cuestión solamente epistemológica, metodológica, sino ética y ontológica, que se replantea qué enseñar, cómo y a quienes.
¿Es acaso la alfabetización un saber especializado, accesible solo para algunos con determinada educación, ocupación, intereses o inclinaciones?
Una respuesta afirmativa, conduce inevitablemente a una sociedad estratificada, donde algunos califican por alguna de las razones mencionadas u otras que se puedan imaginar, mientras el resto, mayoritario como en toda situación elitista, permanecerá al margen, segregado de participar en los procesos reflexivos y en los debates en los que cada uno argumenta en favor de su posición, con la finalidad de alcanzar el consenso sobre las acciones a seguir como grupo o sociedad.
Ese razonamiento apoyado en el principio de inclusión social, condujo en su momento a proclamar la educación como principio universal. Saber leer y escribir era el pasaporte para el nuevo mundo de la sociedad democrática.
Porque no se trata de otra cosa, que de la lectura y la escritura. Con sentido amplio, pero, básicamente, lo mismo que adquirimos en la escuela primaria. Que desde Sarmiento fue para todos.

Otras miradas

Ahora hay que leer los nuevos lenguajes, que proliferan en esta edad llamada de la información, y reordenan los términos.
A tono con lo mencionado, siguen algunas definiciones informales de estadística, proporcionadas por varios estadísticos de renombre:
  • 1.     La ciencia del aprendizaje a partir de (o dar sentido a) Datos (J. Kettenring).
  • 2.     La teoría y los métodos de extracción de información de datos de observación para la resolución de problemas del mundo real (C. R. Rao).
  • 3.     La ciencia de la incertidumbre (D. J. Hand).
  • 4.     La ciencia interdisciplinar por excelencia (S. McNulty).
  • 5.      El arte de contar una historia con datos (L. Gaines).

Cada una de estas definiciones pone el acento sobre una dimensión de un concepto claramente polisémico.
 En 1 se privilegia la importancia de la experiencia (datos) en la adquisición del conocimiento de la realidad.
En 2, se destaca la importancia central de la información, en el tratamiento de problemas, del mundo real.
En 3, se identifican como objeto de la indagatoria, las manifestaciones del azar expresadas como incertidumbre, lo cual destaca su importancia en una sociedad que se identifica como sociedad del riesgo.
En 4, nos colocamos frente a un enfoque basado en los datos, que está presente en todos los campos que se proponen la validación de la experiencia.
En 5, los datos, de la mano de la estadística, participan de un lenguaje enriquecido con símbolos, iconos, gráficos, con el cual se tejen historias que los reincorporan a las dimensiones personales y sociales, en las que manifiestan los problemas y la incertidumbre señalados antes, interpretándolos a la luz del aprendizaje derivado de ellos.   
Los datos constituyen el tejido conectivo de la cultura, sobre la base de las redes que la tecnología ofrece como soporte.
La cuestión de la enseñanza de la estadística es hoy una cuestión abierta, que se replantea qué enseñar, cómo y a quienes.
Es importante desarrollar un marco moral en la educación, porque son muchos los pensadores que señalan que el avance de las nuevas tecnologías no solamente no ha solucionado los problemas fundamentales de la vida humana, sino que además ha provocado una profunda decepción.(Koestler 1959)
Anna Arendt, en la Condición Humana,(Arendt 1998) argumentó que el ingeniero o cualquier fabricante de cosas materiales, no es maestro de su propia casa; la política, situada sobre el trabajo físico, tiene que proporcionar la orientación.

¿Puede la Estadística articular un proceso a lo largo de los distintos niveles?

El mayor desafío es determinar cuándo es posible comenzar a manejar conceptos y operaciones estadísticas. Inmediatamente es necesario confirmar si la plasticidad de la Estadística, le permite acompañar las diferentes etapas de desarrollo.
En ese sentido, la epistemología genética (Piaget) proporciona las claves para responder ambas exigencias. En la estadística, como en la física, conviven lo real y concreto con lo simbólico y abstracto. 
Se debe tener en cuenta que la Estadística “como ciencia de los datos”, se refiere a objetos concretos, que se pueden manejar en la etapa llamada de preparación y organización de las operaciones concretas (se refieren a la realidad en sí misma y objetos tangibles que pueden ser manipulados y sometidos a experiencias). Esto significa que durante la escuela primaria (y aún antes) es posible ordenar, agrupar y clasificar datos estadísticos para confeccionar tablas de fenómenos estadísticos de una variable.
Esas agrupaciones se reflejarán también en forma concreta, tanto espacial como gráficamente.
Asegurado el acceso al mundo estadístico, desde muy temprano en el desarrollo, los pasos siguientes se irán regulando, según maduren las capacidades.
La otra idea central es la aleatoriedad, la incertidumbre, las probabilidades. En forma muy breve, y en línea con lo visto anteriormente, digamos solamente que hay indicios de que antes de los 7 años los niños ya identifican situaciones de mayor o menor probabilidad(Fischbein). Es un concepto que se deberá ir desarrollando a lo largo de las edades.

La clave siempre son los datos

El vínculo creado en las primeras etapas con los datos, deberá conservarse a lo largo del curso del aprendizaje, hasta los niveles más alto.
Los datos son el objeto mismo de la estadística. Las formulas y los modelos, giran en torno a los datos.
Eso nos lleva a que la enseñanza de la estadística debe ser distribuida. No debe ser acotada a una asignatura (matemáticas), que pondrá énfasis en sus aspectos simbólicos y abstractos.
Si queremos que ese saber constituya un eje cultural, es menester que todas las asignaturas participen en su aprendizaje. De esa manera se facilitará la creación de vínculos intelectuales, mediante las preferencias por los campos natural, o social, literario o artístico, además del matemático. Los diversos datos, los procedimientos de resumen,   representación y comunicación, serán los aglutinantes que vincularan a los estudiantes con alguna forma de la Estadística.
Si queremos que todos los alumnos califiquen alto en estadística, ningún profesor deberá permanecer ajeno a una dimensión central de nuestra sociedad.
Los profesores pueden encontrar gran ayuda en las redes sociales. Google, Wikipedia, YouTube, Amazon, Alpha, cambian radicalmente las relaciones con y el acceso a la información y a los recursos de cálculo y de representación.
El Sistema Estadístico deberá contribuir a la educación estadística, ofreciendo datos reales en formato accesible, en tablas, gráficos y mapas, herramientas digitales, foros de consulta y discusión y cursos.

Una política basada en la evidencia

EL camino señalado ayudará a que el acceso al mundo del trabajo sea más fluido.
¿Qué pasara con la ciudadanía y la política? Cabe esperar que el mismo proceso paulatinamente se refleje en las conductas ciudadanas y en las prácticas políticas.
La política, como actividad humana y social, tiene como fines esenciales promover y concretar el bienestar de todos los grupos sociales.
La evaluación permanente de la política es una actividad fundamental, sobre todo si se tiene en cuenta la solemnidad de los fines que pretende alcanzar.
Sin desconocer la vasta complejidad de la política, el conocimiento científico puede aportarle herramientas cruciales al disminuir la incertidumbre acerca de sus posibles resultados y una Política Basada en la Evidencia puede robustecer las posibilidades de promover y concretar el bienestar.
Pero la contribución más innovadora que puede producir una “cultura de los datos” es el impulso que la evidencia puede producir en los cambios de un sistema de discusión basado en la retórica tradicional, bajo el fuego constante de las falacias y una marcada incapacidad en consecuencia para encontrar criterios de validación de posiciones.
El método científico, del cual la estadística es el alma, con sus sistemas de verificación y juicios de pares, es, hasta ahora, la mejor herramienta para custodiar la verdad. (Bronowski)

Una ciudadanía crítica e informada, será sin duda, un valioso aporte a la política,  para “ser modernos”, parafraseando a Latour. 

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