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10 abril 2021

Desventuras del censo qué no fue.

 


Hugo Oscar Ambrosi

 

¿Cómo puede ser que nuevamente el censo
se haya postergado?

 

¿Cómo puede ser que nuevamente el censo se haya postergado y se decida hacerlo fuera de tiempo y forma?

Dicen que hay que hacer el censo y para qué hay que hacerlo, es la información que necesitamos para evaluar qué significa la decisión reiterada de postergarlo. Pasó en 1990 en la presidencia de Menem, se repitió en el 2000 en la presidencia de la Rúa, vuelve a ocurrir ahora en la presidencia de Fernández.

De los últimos 4 censos tres fueron postergados. Ya parece más normal postergarlo que hacerlo en la fecha que indica la ley, como una expresión más de la naturalización del desorden a que nos hemos ido acostumbrando insensiblemente, cómo la rana en el agua que se calienta poco a poco, hasta morir.

El censo se posterga por la pandemia, pero tampoco se textea, ni se rastrea ni sé vacuna para controlar la pandemia. ¿Qué está pasando en la Argentina?

Resulta curioso que una orden constitucional puesta explícitamente en la Carta Magna, sea desobedecida por un funcionario de tercer nivel, que no tiene competencia para fundamentar el abandono de una tarea que está en la base del funcionamiento de la República representativa y federal.

Debemos admitir qué la realización del censo es el procedimiento que dispone la Constitución para regular la representación parlamentaria, permitiendo que cada ciudadano este representado equitativamente, permitiendo que los habitantes de cualquier fracción del territorio estén representados en forma proporcional a su número, en la misma medida.

¿Qué es lo que se extraña en una medida como la que se ha anunciado? La intervención de las autoridades políticas, particular las parlamentarias, tanto diputados como senadores. Los primeros porque su distribución sobre el territorio dependerá de las cifras censales. Los senadores porque deben custodiar el peso que cada provincia tenga, como expresión federal.

Podríamos detenernos en una multitud de cuestiones técnicas, dudas alarmantes que despiertan los procedimientos que han sido mencionados para el desarrollo del censo.

Al respecto hay una sola regla rígida y fundamental, qué puede expresarse diciendo que las operaciones a desarrollar deben garantizar de manera transparente que se haya contado, estrictamente contado, todos los habitantes del país, una y sólo una vez, asignado ese número al lugar de residencia, desde donde se elegirán en el futuro los legisladores.

Pero ahí no termina la triste historia de los censos en Argentina. Hemos dicho más arriba que el censo se hace para definir el número de habitantes sobre el cual se aplicará la forma de representación de acuerdo a la cláusula constitucional. Hace más de 30 años que no se aprueban las cifras censales a los fines de cambiar la representación de la población en los órganos legislativos.

Esto no es pandemia, ni déficit fiscal, ni otras causas conspirando contra el funcionamiento de la república.  

Fue la pura y libre voluntad de los legisladores. Sucesores de aquellos que, durante 33 años desde 1914 hasta 1947, postergaron la realización del censo nacional de población socavando el principio de representación esencial en la vida republicana, y ahora durante más de 30 años han ignorado las cifras censales, que es como si el Censo no se hubiera hecho en  1991, 2001 y 2010, al no actualizar, con las cifras compiladas decenalmente, los  parámetros de la representación proporcional en la Cámara de Diputados .

 

 

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