Hugo Oscar Ambrosi
¿Cómo puede ser que
nuevamente el censo
se haya postergado?
¿Cómo puede ser que nuevamente el censo se haya postergado y
se decida hacerlo fuera de tiempo y forma?
Dicen que hay que hacer el censo y para qué hay que hacerlo,
es la información que necesitamos para evaluar qué significa la decisión
reiterada de postergarlo. Pasó en 1990 en la presidencia de Menem, se repitió
en el 2000 en la presidencia de la Rúa, vuelve a ocurrir ahora en la
presidencia de Fernández.
De los últimos 4 censos tres fueron postergados. Ya parece
más normal postergarlo que hacerlo en la fecha que indica la ley, como una
expresión más de la naturalización del desorden a que nos hemos ido
acostumbrando insensiblemente, cómo la rana en el agua que se calienta poco a
poco, hasta morir.
El censo se posterga por la pandemia, pero tampoco se
textea, ni se rastrea ni sé vacuna para controlar la pandemia. ¿Qué está
pasando en la Argentina?
Resulta curioso que una orden constitucional puesta
explícitamente en la Carta Magna, sea desobedecida por un funcionario de tercer
nivel, que no tiene competencia para fundamentar el abandono de una tarea que está
en la base del funcionamiento de la República representativa y federal.
Debemos admitir qué la realización del censo es el
procedimiento que dispone la Constitución para regular la representación
parlamentaria, permitiendo que cada ciudadano este representado equitativamente,
permitiendo que los habitantes de cualquier fracción del territorio estén
representados en forma proporcional a su número, en la misma medida.
¿Qué es lo que se extraña en una medida como la que se ha
anunciado? La intervención de las autoridades políticas, particular las
parlamentarias, tanto diputados como senadores. Los primeros porque su
distribución sobre el territorio dependerá de las cifras censales. Los
senadores porque deben custodiar el peso que cada provincia tenga, como
expresión federal.
Podríamos detenernos en una multitud de cuestiones técnicas,
dudas alarmantes que despiertan los procedimientos que han sido mencionados para
el desarrollo del censo.
Al respecto hay una sola regla rígida y fundamental, qué
puede expresarse diciendo que las operaciones a desarrollar deben garantizar de
manera transparente que se haya contado, estrictamente contado, todos los
habitantes del país, una y sólo una vez, asignado ese número al lugar de
residencia, desde donde se elegirán en el futuro los legisladores.
Pero ahí no termina la triste historia de los censos en
Argentina. Hemos dicho más arriba que el censo se hace para definir el número
de habitantes sobre el cual se aplicará la forma de representación de acuerdo a
la cláusula constitucional. Hace más de 30 años que no se aprueban las cifras
censales a los fines de cambiar la representación de la población en los
órganos legislativos.
Esto no es pandemia, ni déficit fiscal, ni otras causas conspirando
contra el funcionamiento de la república.
Fue la pura y libre voluntad de los legisladores. Sucesores
de aquellos que, durante 33 años desde 1914 hasta 1947, postergaron la
realización del censo nacional de población socavando el principio de
representación esencial en la vida republicana, y ahora durante más de 30 años
han ignorado las cifras censales, que es como si el Censo no se hubiera hecho en 1991, 2001 y 2010, al no actualizar, con las
cifras compiladas decenalmente, los parámetros
de la representación proporcional en la Cámara de Diputados .